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Nuestra línea de asistencia para el cáncer funciona las 24 horas, los 7 días de la semana y proporciona información y respuestas a las personas que están lidiando con el cáncer. Podemos conectarle con especialistas capacitados con información sobre el cáncer, que responderán preguntas acerca del diagnóstico de cáncer, sabrán guiarle y escuchar con compasión.
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Nuestros especialistas altamente capacitados están disponibles por teléfono las 24 horas, los 7 días de la semana y pueden asistirle por mensajería instantánea en línea de lunes a viernes. Conectamos a pacientes, cuidadores y familiares con servicios y recursos imprescindibles en cada etapa de su experiencia con el cáncer. Pregúntenos cómo involucrarse y apoyar la lucha contra el cáncer. Algunos de los temas con los que podemos ofrecer ayuda incluyen:
Para preguntas médicas, le animamos a revisar su información con su médico.
Cuando una persona recibe un diagnóstico de cáncer, puede preguntarse qué tan ‘normal’ puede ser y será la vida y si necesita someterse a una cirugía o tratamiento, o si se adapta a vivir como un sobreviviente. Muchas veces una persona con cáncer se pregunta de qué manera el diagnóstico y el tratamiento podrían afectar su vida sexual.
El sexo, la sexualidad y la intimidad son tan importantes para las personas con cáncer como lo son para las personas que no tienen cáncer. De hecho, se ha demostrado que la sexualidad y la intimidad ayudan a las personas que enfrentan el cáncer al ayudarlas a sobrellevar los sentimientos de angustia y a pasar por el tratamiento. No obstante, la realidad es que los órganos sexuales, el deseo sexual (impulso sexual o libido), la función sexual, el bienestar y la imagen corporal de una persona pueden verse afectados por el cáncer y su tratamiento. También pueden afectar la forma en que una persona muestra sexualidad. Obtenga más información en Cómo el cáncer y el tratamiento pueden afectar la sexualidad.
La información que se detalla aquí está destinada a mujeres adultas que desean aprender más sobre cómo el cáncer y su tratamiento pueden afectar su vida sexual. No podemos responder a cada pregunta que pudiera tener, pero buscamos brindarle suficiente información que permita que usted y su pareja puedan hablar abiertamente sobre su intimidad y vida sexual. También compartiremos algunas ideas que le ayuden a abordar el tema con su doctor y con el equipo de atención médica contra el cáncer.
Si usted es lesbiana, bisexual, transgénero (LGBT) o de sexo no definido, es posible que tenga necesidades que no se abordan aquí. Es muy importante hablar con su equipo de atención médica y proporcionarle información sobre su orientación sexual e identidad de género, incluidos qué sexo era al nacer, cómo se describe a sí mismo ahora, cualquier procedimiento al que se haya sometido, o tratamientos hormonales que pueda haber recibido o que esté recibiendo.
Es importante saber que usted puede obtener respuestas a sus preguntas y ayuda si afronta problemas sexuales. El primer paso es hablar sobre el tema de la sexualidad con su doctor o su pareja y un integrante de su equipo de atención contra el cáncer. Es muy importante que hable con su equipo de atención médica sobre qué debe esperar y que siga expresándose sobre lo que está cambiando o lo que ha cambiado en su vida sexual en tanto pasa por procedimientos, tratamientos y cuidados de seguimiento. Esto incluye informarles qué medicamentos de venta sin receta y con receta, vitaminas o suplementos puede estar tomando dado que podrían interferir con los tratamientos.
No dé por sentado que su médico o enfermera le preguntará sobre estas o cualquier otra preocupación que tenga sobre la sexualidad. Muchos estudios han encontrado que los médicos, las enfermeras y otros miembros de un equipo de atención médica no siempre preguntan sobre sexualidad, orientación sexual e identidad de género durante las revisiones médicas y las visitas de tratamiento. Debido a esto, es probable que los pacientes no tengan suficiente información, apoyo o recursos que les ayuden a sobrellevar sus sentimientos o problemas sexuales.
Probablemente usted tenga determinadas preguntas y dudas en su mente. A continuación se sugieren algunas preguntas que tal vez desee hacerle a su médico o enfermera y que puede utilizar para iniciar conversaciones con su equipo de atención médica sobre tener relaciones sexuales durante y después del tratamiento:
Los genitales y órganos para el embarazo de una mujer se encuentran en la pelvis (la parte inferior del vientre). A continuación se explican algunos órganos que se encuentran en la pelvis, incluyendo los órganos sexuales y otros órganos cercanos. El cáncer de cualquiera de estos órganos o el tratamiento del cáncer en esta área puede afectar su vida sexual:
Vista lateral de la pelvis de la mujer
Muchas mujeres nunca han explorado sus genitales, y tal vez no saben con certeza la localización de cada parte.
Si se siente cómoda haciéndolo, tómese unos minutos con un espejo de mano para examinarse.
También puede que quiera tocar cada área ligeramente para descubrir dónde es más sensible.
¿El tratamiento contra el cáncer ha cambiado de alguna forma el aspecto de sus órganos genitales externos? Si es así, tome tiempo para acostumbrarse a los cambios. Compruebe si hay zonas que están adoloridas o sensibles. Comparta lo que ha aprendido sobre usted misma con su pareja. Colaboren juntos para que tengan relaciones sexuales que satisfagan a ambos.
Para poder hablar sobre sexo, resulta útil saber sobre las estructuras y las hormonas que también están involucradas en el proceso de tener hijos y cómo estas funcionan en conjunto.
Durante la edad reproductiva de la mujer (años en los que puede procrear), los ovarios se turnan cada mes en la producción de un óvulo maduro. Cuando el óvulo es liberado, éste viaja a través de la trompa de Falopio hacia el útero. Una mujer puede quedar embarazada (naturalmente) si un espermatozoide viaja a través del cuello uterino y se une al óvulo. El cuello uterino es el pasaje para que el esperma ingrese al cuerpo de la mujer, así como para que el bebé salga del cuerpo de la madre al nacer.
Si una mujer no queda embarazada, el revestimiento del útero que se ha acumulado durante las semanas anteriores sale de su cuello uterino como “sangre” durante su período menstrual. En caso de que quede embarazada, el revestimiento permanece en su lugar para alimentar al bebé en crecimiento.
Las hormonas controlan los ciclos periódicos que el cuerpo maduro de una mujer experimenta cada mes.
Las hormonas principales que puede que contribuyan al deseo sexual en una mujer se llaman estrógenos y andrógenos. Los andrógenos son considerados hormonas “masculinas”, pero el cuerpo de la mujer también produce una cantidad pequeña de estas hormonas. Alrededor de la mitad de los andrógenos en la mujer son producidos en las glándulas suprarrenales que se ubican arriba de los riñones. Los ovarios se encargan de producir el resto de los andrógenos en la mujer. Los estrógenos provienen principalmente de los ovarios.
Los ovarios por lo general dejan de enviar óvulos y reducen en gran medida su producción hormonal alrededor de los 50 años, aunque la edad varía. A esto se le conoce como menopausia o “el cambio de vida”. Algunas mujeres temen que su deseo sexual desaparecerá con la menopausia. Sin embargo, para muchas mujeres la reducción de hormonas ováricas no cambia su deseo sexual. Aun así, puede que tome más tiempo para que la vagina esté lubricada y agrandada. Los niveles bajos de estrógeno también pueden causar que el revestimiento de la vagina esté más estrecho y pierda parte de su capacidad para estirarse. En algunas mujeres, la vagina puede permanecer estrecha y reseca, incluso si están muy excitadas.
A medida que la mujer se excita sexualmente, el sistema nervioso envía señales de placer al cerebro. Las señales pueden activar el reflejo orgásmico. Durante el orgasmo, los músculos alrededor de los genitales se contraen de manera rítmica. La contracción y relajación de los músculos envía oleadas de placer a través de la región genital y a veces a través del cuerpo entero. El orgasmo es un reflejo natural, pero la mayoría de las mujeres requiere un poco de experiencia para aprender a provocar dicho reflejo.
Puede que los orgasmos cambien con el paso del tiempo en una mujer. A medida que la mujer envejece, puede que tome más tiempo lograr los orgasmos, y puede que sea necesario la estimulación mediante el tacto y la excitación mental.
Existen muchas fuentes de excitación con las que se logra el orgasmo, las cuales difieren para cada mujer. Algunas mujeres pueden lograr el orgasmo con tan solo tener una fantasía sexual nítida o al recibir caricias en sus senos. Puede que otras lo logren durante un sueño que estén teniendo mientras duermen. Sin embargo, la mayoría de las mujeres requiere de alguna caricia en su región genital para lograr el orgasmo.
Las partes de los órganos genitales femeninos con la mayor sensibilidad al tacto son el clítoris y los labios interiores. Cuando una mujer se excita sexualmente, toda la región genital se dilata. También adquiere un matiz rosa más intenso a medida que la sangre se apresura para concentrarse bajo la piel de dicha región.
Muchas mujeres logran el orgasmo con la mayor facilidad mediante las caricias al clítoris. Semejante al pene, el clítoris cuenta con cabeza y cuerpo. Envía mensajes de placer al cerebro al ser acariciado.
La cabeza del clítoris es tan sensible que puede irritarse a raíz de frotarse demasiado rápida o bruscamente. La irritación puede prevenirse al usar un lubricante y con caricias que hagan contacto a un área cercana y no directa a la cabeza del clítoris.
Otras áreas, incluyendo los labios exteriores y el ano, también pueden proporcionar placer al frotarse. Las zonas de sensibilidad en cada mujer varían ligeramente. La abertura de la vagina contiene muchas terminaciones nerviosas y suele ser más sensible al roce suave que el fondo de la vagina. Para algunas mujeres, la pared frontal de la vagina es más sensible a la presión que la pared trasera durante la actividad sexual. Algunos sexoterapeutas sugieren que frotar una región de alrededor de dos a diez centímetros (1 a 4 pulgadas) de profundidad sobre la pared frontal de la vagina ayuda a que algunas mujeres logren el orgasmo durante el sexo.
Infórmese tanto como pueda sobre los posibles efectos que su tratamiento contra el cáncer puede tener sobre su vida sexual. Hable con su médico, enfermera o cualquier integrante de su equipo de atención médica contra el cáncer. Cuando sabe lo que puede esperar, puede planear cómo podría manejar dichas situaciones.
Tenga en cuenta que, sin importar el tipo de tratamiento contra el cáncer que esté recibiendo, la mayoría de las mujeres aún puede sentir placer al contacto físico. Pocos tratamientos para cáncer (que no sean aquellos que afectan las regiones del cerebro y la médula espinal) dañan las terminales nerviosas y los músculos involucrados en la sensación de placer al contacto físico y en lograr un orgasmo. Por ejemplo, una mujer cuya vagina sea lo suficientemente estrecha o reseca como para causar dolor, a menudo puede lograr el orgasmo a través de frotar sus senos y partes externas de sus órganos genitales.
Procure mantener una mente abierta sobre las formas en que siente placer sexual. Algunas parejas tienen una visión limitada de lo que es normal en el sexo. Si ambas partes en una pareja no pueden lograr el orgasmo a través o durante la penetración, puede que esto les resulte frustrante. Sin embargo, durante y después del tratamiento del cáncer, puede haber ocasiones en que el tipo de sexo que más le gusta no es posible. Estos momentos pueden ser la oportunidad de aprender nuevas formas de dar y recibir placer sexual. Usted y su pareja pueden ayudarse mutuamente a lograr el orgasmo a través del tacto y de las caricias. A veces, el solo acurrucarse y abrazarse puede resultar placentero. También puede dar continuidad al placer al tocarse a sí misma. Eviten descontinuar la oportunidad de sentir placer solo porque la rutina normal haya cambiado.
Trate de tener conversaciones claras y recíprocas sobre el sexo con su pareja, al igual que con su equipo de atención contra el cáncer. Si siente mucha vergüenza de preguntar a su equipo sobre si tener actividad sexual está bien, puede que nunca logre saberlo. Hable con su equipo sobre el sexo, y cuéntele a su pareja lo que aprende. Una comunicación adecuada es la clave para adaptarse a su rutina sexual cuando se experimenten los cambios en su cuerpo debido al cáncer. Si siente cansancio o debilidad y quiere que su pareja tenga una participación más activa al tocarle, dígaselo. Si alguna parte de su cuerpo está muy sensible o adolorida, puede guiar la forma en que su pareja le esté tocando para evitar el dolor. Tenga en cuenta que si una de las personas tiene un problema sexual, esto afecta a la pareja.
Refuerce su autoestima. Recuérdese sus virtudes. Si su cabello empieza a caer, puede que opte por usar una peluca, sombrero o pañuelo si esto le hace sentirse más cómoda. Puede que opte por usar un seno postizo (prótesis) en caso de extirpación de uno de los senos. Haga lo que sea que le haga sentir mejor sobre sí misma. Comer bien y hacer ejercicio también puede ayudar a mantener su cuerpo fuerte y con energía. Practique técnicas de relajación y busque ayuda profesional si piensa que está ansiosa, deprimida o si está teniendo dificultades.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
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Actualización más reciente: febrero 6, 2020
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