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Para obtener más información sobre las erecciones, tal como qué son y cómo se forman, consulte El cáncer, el sexo y el cuerpo masculino.
Esta información es para hombres adultos con cáncer. Si usted es una persona transgénero, hable con su equipo de atención médica sobre cualquier necesidad que no sea abordada aquí.
Algunos tipos de cirugía contra el cáncer pueden afectar las erecciones. (Consulte Cómo manejar los problemas sexuales masculinos relacionados con el cáncer para más información). Si alguna de estas cirugías forma parte de su plan de tratamiento, hable con su médico antes del procedimiento. Pregunte a su médico sobre cómo sus erecciones podrían verse afectadas por la cirugía y cuál puede ser la mejor manera de manejar el problema.
La mayoría de los hombres que se someten a este tipo de cirugías presentará algo de dificultad para lograr la erección (condición referida como disfunción eréctil o ED). Algunos hombres podrán tener una erección lo suficientemente rígida para llevar a cabo la penetración, pero probablemente no sea tan rígida como solía serlo antes. Otros hombres probablemente no puedan tener erecciones. Existen muchos tratamientos diferentes para la disfunción eréctil que pueden ayudar a muchos hombres a recuperar sus erecciones. (Consulte Cómo manejar los problemas sexuales masculinos relacionados con el cáncer para más información).
La manera más común en que la cirugía afecta las erecciones es por la extirpación o la lesión a los nervios que ayudan a provocar una erección. En todas las operaciones antes mencionadas existe la posibilidad de ocasionar daños a estos nervios. Los nervios rodean la parte posterior y los lados de la próstata entre la próstata y el recto, y se despliegan como una telaraña alrededor de la próstata, lo que hace que sea más fácil dañarlos durante una operación.
De ser posible, se usan métodos “conservadores de los nervios” en la prostatectomía radical, cistectomía radical o resección abdominoperineal (AP) o TME. En la cirugía conservadora de los nervios, los médicos tratan cuidadosamente de evitar estos nervios. Cuando el tamaño y ubicación de un tumor permiten realizar la cirugía sin afectar los nervios, un mayor número de hombres recupera la capacidad eréctil que con otras técnicas. Pero incluso si el cirujano tiene la posibilidad de no afectar estos nervios, estos aún podrían resultar lesionados durante la operación y requerir de tiempo para sanar.
Incluso cuando los nervios no son afectados, las investigaciones han mostrado que el proceso de sanación toma hasta dos años para la mayoría de los hombres. Aún no se sabe las razones de que algunos hombres logran recuperar totalmente dicha capacidad mientras que otros no. Los hombres son más propensos a recuperar la capacidad de erección cuando los nervios a ambos lados de la próstata no son afectados.
Se ha reportado un amplio rango de tasas de disfunción eréctil, incluso en hombres que no se han sometido a una cirugía. Por lo general, entre más joven sea el hombre, más propenso será a la recuperación de su capacidad de erección total después de la cirugía. Los hombres menores de 60 años, y especialmente los menores de 50, son más propensos a recuperar su capacidad de erección que los hombres de mayor edad.
Como se mencionó anteriormente, el tiempo de recuperación para las erecciones tras la cirugía puede ser de hasta dos años. Si un hombre no tiene una erección dentro de este lapso, puede que los tejidos en su pene se debiliten. Una vez que esto sucede, no podrá lograr una erección de forma natural. Algunos expertos y médicos recomiendan distintos métodos para promover las erecciones semanas o meses después de la cirugía para ayudar a recuperar la función sexual de algunos hombres. Puede que usted escuche que esto sea referido como rehabilitación peneana o rehabilitación eréctil.
La rehabilitación del pene consta de 2 partes:
Los medicamentos para ayudar a producir erecciones; pastillas como sildenafil (Viagra®), tadalafil (Cialis®), o vardenafil (Levitra®), por lo general se usan en combinación con otras terapias o dispositivos. Dado que los medicamentos podrían no producir una erección porque necesitan que los nervios responsables de las erecciones estén sanos, se pueden ofrecer inyecciones en el pene o dispositivos de vacío. Consulte Cómo manejar los problemas sexuales masculinos relacionados con el cáncer para más información.
El cáncer de próstata, vejiga, colon y recto a menudo puede ser tratado con radiación a la región pélvica. Esto puede causar problemas con la erección. Cuanto mayor sea la dosis total de radiación y más amplia sea el área de la pelvis irradiada, mayores serán las probabilidades de que se desarrollen problemas de erección con posterioridad. Si la radioterapia forma parte de su plan de tratamiento, hable con su médico antes de que comience el procedimiento. Pregunte cómo las arterias y los nervios pueden verse afectados por la radioterapia para que sepa qué debe esperar.
A medida que el área tratada se recupera, los vasos sanguíneos pierden su capacidad de estirarse debido al tejido cicatricial en y alrededor de los vasos. Con ello, ya no pueden dilatarse lo suficiente para permitir que la sangre se acelere generando una erección firme. La radiación también puede acelerar el endurecimiento (arteriosclerosis), estrechez o incluso obstrucción de las arterias de la región pélvica.
Algunos hombres que se someten a radiación notarán que sus erecciones empeoran aproximadamente alrededor del primer año después del tratamiento. Este cambio por lo general se genera de forma gradual (lentamente). Algunos hombres aún podrán seguir teniendo erecciones completas pero las pierden antes de alcanzar el clímax, mientras que otros pierden su capacidad de tener erecciones por completo.
Al igual que en la cirugía, mientras más avanzada sea su edad, mayor la probabilidad de tener problemas de erección. Además, los hombres con alguna enfermedad del corazón, vasos sanguíneos, diabetes o que suelen fumar bastante parecen tener un mayor riesgo de problemas de erección, lo cual puede que se deba a que sus arterias ya estaban deterioradas antes del tratamiento con radiación. Los médicos también están investigando si una rehabilitación peneana con antelación podría ser útil tras la radioterapia. (La rehabilitación peneana se abordó anteriormente, en la sección de cirugía).
Algunos hombres tendrán dificultades con la erección (disfunción eréctil o ED) dentro de unos pocos años de haber recibido radioterapia de haz externo contra el cáncer de próstata. Puede que algunos de estos hombres tengan erecciones que permitan la penetración, pero solo una pequeña cantidad reporta que sus erecciones son de la misma intensidad a como lo eran antes del tratamiento.
Algunos hombres con cáncer de próstata en etapa inicial tienen la opción entre recibir radiaciones o someterse a cirugía para tratar el cáncer. Al analizar cómo se afectan las erecciones de los hombres a causa del tratamiento del cáncer de próstata, al parecer no se observa mucha diferencia a largo plazo entre los dos tipos. Puede que los hombres que hayan recibido radiación vean una reducción en general en la rigidez de sus erecciones con el transcurso del tiempo (hasta varios años tras la radioterapia). En contraste, tras la cirugía la mayoría de los hombres tiene problemas de erección de inmediato, teniendo entonces la probabilidad de recuperar las erecciones en los primeros dos años tras la cirugía. Alrededor de cuatro años tras cualquiera de estos tipos de tratamiento, el porcentaje de hombres que reporta disfunción eréctil es aproximadamente el mismo entre sí. Los tratamientos a menudo ayudan a estos hombres a recuperar sus erecciones ya sea que se hayan sometido a cirugía o a radiación.
Generalmente se administra terapia hormonal para el cáncer de próstata. Los hombres que reciben terapia de privación de andrógenos (ADT) tienen un alto riesgo de presentar problemas sexuales, incluidos la pérdida de deseo sexual y disfunción eréctil. Las erecciones pueden o no recuperarse cuando la ADT se suspende. Los medicamentos para la disfunción eréctil generalmente no funcionan en estos casos porque no ayudan con la pérdida del deseo sexual.
Otros tipos de tratamiento para otros tipos de cáncer a veces afectan el deseo sexual y las erecciones porque determinados medicamentos disminuyen la producción de testosterona. Si los medicamentos de quimioterapia, terapia dirigida o inmunoterapia causan problemas con las erecciones depende del tipo de cáncer que se esté tratando y del tipo de medicamento(s) que se administre(n). Algunos de los medicamentos usados para prevenir las náuseas durante la quimioterapia también pueden alterar el equilibrio hormonal en el hombre, pero este deberá normalizarse una vez finalizado el tratamiento.
Algunos medicamentos como cisplatino, vincristina, paclitaxel, bortezomib y talidomida pueden causar daño a partes del sistema nervioso, por lo general, en los nervios pequeños de las manos y los pies. (A esto se le llama neuropatía periférica). No se ha encontrado que estos medicamentos dañen el grupo de nervios que permiten lograr la erección. Sin embargo, algunas personas tienen la inquietud debido a los medicamentos que se sabe que sí afectan los tejidos nerviosos, y hay muchos nervios involucrados en la función sexual.
Algunos tipos de quimioterapia también pueden generar infertilidad de corto plazo o de por vida. (Consulte La fertilidad y los hombres con cáncer para más información).
El trasplante de células madre (también llamado trasplante de médula ósea) implica recibir dosis muy altas de medicamentos de quimioterapia. Una complicación de un trasplante es la enfermedad de injerto contra huésped. Los hombres que han padecido la enfermedad injerto contra huésped son más propensos a tener una pérdida de testosterona a largo plazo. En algunos casos, puede que estos hombres requieran de terapia de restitución de testosterona para recuperar su capacidad de erección y deseo sexual.
Muchos hombres indican que sienten decepción, temor y angustia al tener dificultad para tener erecciones. Dicen que sienten que falta algo importante. Puede que haya hombres que manifiesten infelicidad en general en su vida y depresión al confrontar esta situación. Estos sentimientos conforman una parte natural de sobrellevar los problemas con la capacidad de erección. En caso de encontrar un tratamiento que sea eficaz, la mayoría de los hombres comienza a sentirse mejor respecto a su capacidad de erección. Si estos sentimientos son graves o persisten, la mayoría de los hombres encuentra útil acudir con un sexoterapeuta (terapeuta especializado en asuntos de la sexualidad) o con un psiquiatra que pueda ayudar a lidiar con esta situación.
Los temores sobre la autoimagen y el desempeño pueden a veces también ser la raíz de las dificultades con la erección. En vez de dejar de preocuparse y sentir excitación, puede que un hombre tenga una fijación por ver si podrá funcionar sexualmente, y el temor al fracaso puede hacer que esto ocurra. Puede que adjudique su problema a su afección médica, incluso cuando podría ser que la erección la lograría con tan sólo relajarse.
Un terapeuta o un profesional de la salud mental especializado en tratar a pacientes con problemas de tipo sexual a menudo puede ayudar en el tratamiento de problemas con la capacidad de erección causados por la ansiedad y el estrés. Cualquier tratamiento para los problemas de erección debe ser en función de los resultados obtenidos de una evaluación minuciosa, los cuales deberán incluir factores tanto médicos (antecedentes) y pruebas médicas especiales.
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Actualización más reciente: febrero 1, 2020
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