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Administre su atención contra el cáncer

Metástasis en los huesos

Cuando las células cancerosas se propagan (hacen metástasis) a los huesos, pueden ocasionar dolor y propensión a las fracturas, entre otros graves problemas. Casi todos los tipos de cáncer pueden propagarse hacia los huesos, pero aquellos que a menudo lo hacen incluyen el de seno, pulmón, próstata, riñón, piel (melanoma), ovario y tiroides. La columna vertebral es el lugar más común de metástasis a los huesos. Los lugares más comunes que siguen son la cadera (pelvis), los huesos superiores de los muslos (fémur), los huesos superiores de los brazos (húmero), las costillas y el cráneo.

Normalmente, los huesos son mantenidos por dos clases de células óseas:

  • Los osteoblastos para la formación de hueso nuevo
  • Los osteoclastos para la desintegración de hueso viejo

Cuando estas células funcionan adecuadamente, se forma siempre nuevo hueso mientras el hueso viejo es desintegrado. Esto ayuda a mantener los huesos fuertes.

Cuando las células cancerosas se propagan a los huesos (metástasis), obstruyen o aceleran ya sea la acción de los osteoblastos o de los osteoclastos, causando que haya demasiada formación o desintegración ósea. Cualquiera de estos dos cambios hace que una persona se vuelva mucho más propensa a las fracturas de lo normal.

La metástasis en los huesos puede causar también otros problemas como:

  • La propagación del cáncer a los huesos de la columna vertebral puede hacer presión sobre la médula espinal. Esto puede ocasionar daños a los nervios que puede que resulten en parálisis en caso de no aplicar tratamiento de inmediato.
  • Conforme haya demasiada desintegración ósea, el calcio es liberado hacia el torrente sanguíneo. Esto puede ocasionar problemas causados por altos niveles de calcio en la sangre (hipercalcemia).

Señales y síntomas de metástasis en los huesos

Es muy importante que acuda consulte con el equipo de profesionales a cargo de su atención médica sobre cualquier síntoma nuevo que presente. Detectar y tratar la metástasis en los huesos en sus etapas iniciales puede ayudar a prevenir problemas posteriores.

Dolor

El dolor en los huesos es a menudo el primer síntoma de que el cáncer se ha propagado a los huesos. Al principio, el dolor puede ser constante o intermitente, y tiende a empeorar en la noche y aliviarse con el movimiento. Más adelante, se vuelve constante y puede empeorar con la actividad. El hueso pudiera estar tan débil que puede fracturarse. Esto por lo general puede prevenirse si la metástasis en los huesos se detecta temprano.

Existen muchas maneras de tratar el dolor causado por las metástasis en los huesos. El tratamiento dependerá del tipo de cáncer y de la etapa, así como del grado y ubicación de la metástasis en los huesos. En ocasiones, el tratamiento que se aplica para contra el cáncer principal (cáncer primario) resulta útil para reducir el desarrollo de la metástasis en los huesos. En otros casos, es posible emplear los medicamentos destinados a frenar los efectos que el cáncer tiene sobre los huesos (refiérase a la sección sobre estos medicamentos que aparece más adelante para más información al respecto). Además, se dispone de otros tratamiento de tipo local, como la radioterapia e incluso la cirugía los cuales pueden ayudar a aliviar el dolor que podría surgir.

Los medicamentos contra el dolor o analgésicos también son muy útiles. Hay muchos tipos diferentes de medicamentos utilizados para tratar el dolor causado por el cáncer. También hay diversas formas en que los medicamentos se pueden administrar, ya sea por vía oral (pastillas), cutánea (parches), nasal (aerosoles ), e incluso mediante dispositivos para la aplicación controlada del medicamento (como bombillas que liberan la medicina conforme el cuerpo lo requiera).

Fracturas (huesos rotos)

Una fractura podría ocurrir al haber alguna caída o lesión, aunque un hueso débil también se puede fracturar durante las actividades cotidianas. Las roturas en los huesos o fracturas son frecuentemente repentinas ocasionando mucho dolor. Pueden ocurrir con mayor frecuencia en los huesos largos de los brazos y las piernas, así como en los huesos de la columna vertebral. El dolor repentino la parte media de la espalda, por ejemplo, puede que sea una señal de que un hueso en la columna vertebral se ha fracturado.

Su médico tratará de prevenir la fractura siempre que sea posible. Hay medicamentos que pueden emplearse para tratar de fortalecer los huesos, lo cual ayuda aprevenir las fracturas (refiérase a la sección sobre estos medicamentos que aparece más adelante para más información al respecto). El cáncer en los huesos puede causar un dolor intenso durante un tiempo antes de que ocurra la fractura. Si en una radiografía se muestra que algún hueso en el brazo o la pierna es propenso fracturarse, se puede realizar una cirugía para colocar una varilla de metal en la parte débil del hueso para ayudar a darle soporte.

Si el hueso ya estaba fracturado, la cirugía por lo general se hace para colocar una pieza de acero para dar soporte sobre la parte rota del hueso. Si los huesos en la columna se fracturan, podría ser que se inyecte en el punto de rotura de los huesos dañados (procedimiento médico referido como vertebroplastia o cifoplastia con globo), lo cual puede ayudar dando soporte adicional al hueso.

Se pueden administrar tratamientos de radiación después de la cirugía para tratar de prevenir daños posteriores. La radiación no fortalecerá los huesos, pero puede impedir que se genere más daño.

En caso sentir mareo, debilidad, confusión y falta de equilibrio, consulte con los profesionales a cargo de su atención médica acerca del equipo de seguridad que pueda usar en casa, tales como sillas bajo la regadera al ducharse, andadores de apoyo para caminar y los pasamanos.

Compresión de la médula espinal

El cáncer que crece en los huesos de la columna vertebral puede hacer presión sobre la médula espinal. Uno de los síntomas más tempranos de la compresión de la médula espinal consiste en dolor en la espalda o el cuello.

Si una compresión de la médula espinal no se trata inmediatamente, la persona puede quedar paralítica. Con más frecuencia, esto afecta a las piernas (de modo que la persona no puede caminar), pero si el tumor está presionando la médula espinal en el cuello, se afectan tanto los brazos como las piernas.

La compresión de la médula espinal puede manifestarse en diferentes maneras:

  • Dolor de espalda (a veces con dolor hacia una o a ambas piernas)
  • Adormecimiento en las piernas o el abdomen
  • Debilidad en las piernas o dificultad para moverlas
  • Pérdida del control de la orina o las heces fecales (incontinencia) o problemas al orinar

Si usted nota síntomas como estos, llame inmediatamente a su médico o acuda a la sala de urgencias.

Si el cáncer está comenzando a presionar la médula espinal, el tratamiento puede ayudar a prevenir parálisis y ayudar a aliviar el dolor. A menudo, se usa radiación como parte del tratamiento, a veces con un tipo de medicamento llamado un esteroide o corticosteroide. El tratamiento con radiación suele iniciarse de inmediato, dentro de las primeras 12 a 24 horas.

Si la médula espinal ya muestra signos de daño (como debilidad en las piernas), la cirugía inmediata seguida por la radiación podría ser el mejor tratamiento. Esto podría permitir al paciente caminar y funcionar mejor que si recibe únicamente la radiación. Puede que las personas con cáncer muy avanzado u otros graves problemas de salud no puedan someterse a esta clase de cirugía.

Niveles altos de calcio en la sangre

Cuando el cáncer se propaga a los huesos, demasiado calcio proveniente de los huesos puede terminar liberado en el torrente sanguíneo. Esto es referido como hipercalcemia.

Presentar recuentos elevados de calcio en la sangre puede generar problemas, como:

  • Estreñimiento
  • Necesidad de orinar con frecuencia
  • Sensación de aletargamiento o adormecimiento
  • Sentir sed todo el tiempo y beber muchos líquidos
  • Debilidad en los músculos.
  • Dolor en músculos y articulaciones
  • Confusión
  • Coma
  • Insuficiencia renal

El tratamiento incluye administrar grandes cantidades de líquidos por vía intravenosa para la protección de riñones y medicamentos tales como las medicinas con bisfosfonato con el fin de bajar los niveles de calcio en la sangre con rapidez (más detalles a continuación). Una vez que el nivel de calcio regresa a lo normal, el tratamiento del cáncer puede ayudar a evitar que el nivel de calcio vuelva a elevarse demasiado.

¿Cómo se encuentra la metástasis en los huesos? 

Las metástasis óseas (otra forma para referirse al cáncer propagado a los huesos) pueden ser visualizadas mediante pruebas de imágenes en las que se capturan imágenes del cuerpo. Algunas pruebas de imágenes comunes que se usan para detectar metástasis óseas incluyen:

  • Radiografías
  • Tomografías [axiales] computarizadas (CT o CAT)
  • Imagen por resonancia magnética (MRI)
  • Tomografía por emisión de positrones
  • Gammagrafía ósea

Las metástasis óseas se pueden detectar cuando una persona presenta dolor o si el médico está tratando de determinar si el cáncer se ha propagado a cualquier otra parte del cuerpo. A veces, también se puede realizar una biopsia ósea.

Medicamentos para el tratamiento de la metástasis en los huesos

Los medicamentos más comúnmente utilizados para tratar la metástasis en los huesos son las medicinas con bisfosfonato pamidronato (Aredia) y ácido zoledrónico (Zometa), así como el medicamento denosumab (Xgeva). Estos medicamentos se administran de forma intravenosa (inyección) o subcutáneamente (aplicación por debajo de la piel). Al principio, la mayoría de los pacientes es tratada una vez al mes, pero luego pueden recibir el tratamiento con menos frecuencia, si se encuentran bien. El tratamiento con uno de estos medicamentos puede ayudar a prevenir mayor daño a los huesos, al igual que aminora los eventos relacionados con huesos débiles, tal como fracturas, hipercalcemia y compresión de la médula espinal.

Estos tratamientos pueden tener un efecto secundario poco común, pero grave, llamado osteonecrosis de la mandíbula. Los pacientes se quejan de dolor y sus médicos encuentran que parte del hueso de la mandíbula ha muerto. Esto puede causar una llaga o úlcera abierta que no se cura, o la pérdida del diente en el área afectada. Además, el hueso de la mandíbula puede infectarse. Someterse a un cirugía de mandíbula o a una extracción de un diente puede provocar el surgimiento de este problema. Lo mejor es que se evite este tipo de procedimientos durante el tiempo en que se estén tomando este tipo de medicamentos. Una manera de evitar estos procedimientos dentales es mantener una buena higiene oral mediante el uso de hilo dental, cepillar los dientes, asegurase de que las dentaduras le queden ajustadas y someterse a exámenes dentales regularmente. Cualquier infección de un diente o la encía debe ser tratada inmediatamente. Los empastes dentales, los procedimientos del conducto radicular y las coronas no parecen causar osteonecrosis. Si se presenta la osteonecrosis, el médico suspenderá el tratamiento de los medicamentos usados para los huesos.

Probablemente el médico recomiende al paciente que se haga una revisión dental antes de comenzar el tratamiento. De esta manera, se puede atender cualquier problema dental antes de comenzar el tratamiento con este medicamento. Podría también recomendar que el paciente tome calcio y complementos de vitamina D mientras se encuentre tomando este tipo de medicamento para ayudar al cuerpo en la regeneración de los huesos.

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

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Actualización más reciente: marzo 10, 2023

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