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La nicotina es la principal sustancia adictiva del tabaco. Cuando una persona consume tabaco, muchas partes del cuerpo se acostumbran a la nicotina. Al dejar el tabaquismo la persona deja de consumir la nicotina que conlleva el consumo de tabaco, haciéndola propensa a presentar los síntomas que conlleva la abstinencia. Esto se debe a que el cuerpo tiene que acostumbrarse a la ausencia de nicotina.
La abstinencia puede causar malestar. Los síntomas de abstinencia de la nicotina son de dos tipos: físicos y mentales. Los síntomas físicos causan molestias, pero no representan un riesgo para la vida. No obstante, si usted no está listo para tolerarlos, estos síntomas pueden tentarle a volver a fumar o masticar tabaco. El tratamiento de reemplazo de nicotina y otras medicinas pueden ayudar a reducir muchos de estos síntomas. La mayoría de los consumidores de tabaco opinan que los síntomas mentales presentan el mayor reto al tratar de abandonar el hábito.
Si usted ha estado consumiendo tabaco durante cualquier cantidad de tiempo, este acto se ha relacionado con muchas de las cosas que usted hace: despertarse por la mañana, comer, leer, ver televisión y tomar café, entre otras cosas. Llevará tiempo “desvincular” el hábito de esas actividades. Por esta razón, incluso si usted está usando terapia de reemplazo de nicotina, puede ser que siga teniendo deseos fuertes de fumar.
Una manera de superar los deseos o impulsos consiste en notar e identificar racionalizaciones o justificaciones, a medida que se presenten, las cuales son pensamientos equivocados que parecen tener sentido en ese momento, pero que no tienen un fundamento con la realidad de las circunstancias. Si usted opta por creer en tales pensamientos incluso por un corto periodo de tiempo, esto puede servir como manera de justificar el hábito de consumir tabaco. Si usted ha tratado de dejar de fumar en el pasado, es probable que reconozca muchas de las siguientes justificaciones comunes:
Probablemente puede agregar más argumentos a esta lista. A medida que pasan los primeros días sin consumir tabaco, anote las justificaciones tan pronto aparezcan y reconózcalas como son: mensajes engañosos que pueden hacer que recaiga en el hábito. Preste atención a ellas, porque siempre aparecen cuando está tratando de dejar el consumo de tabaco. Una vez escriba el pensamiento, no piense más en él y siga adelante. Esté listo con una distracción, un plan de acción, y otras maneras de redirigir sus pensamientos.
También puede recompensarse de una forma que no cueste dinero: visite un parque o acuda a la biblioteca. Verifique en medios informativos de su comunidad el listado de museos, centros comunitarios y colegios donde se ofrecen clases, películas y exposiciones gratis, así como otras cosas para hacer.
Es posible que usted haya dejado el hábito muchas veces anteriormente. De ser así, sabe que el mantenerse sin fumar constituye la etapa final, más prolongada y más importante del proceso. Usted puede usar los mismos métodos que utilizó para superar los síntomas que se presentaron mientras dejaba el hábito. Piense con antelación sobre los momentos en que pueda sentir la tentación de consumir tabaco o y planifique cómo utilizará otras maneras de afrontar esas situaciones.
Más peligrosos, quizá, sean los fuertes deseos inesperados de consumo que a veces pueden surgir meses o incluso años después de haber dejado el hábito o Las justificaciones también pueden aparecer. Para superarlos sin sufrir una recaída, haga lo siguiente:
¿Y qué pasaría si llegara a consumir un cigarrillo o un bocado de tabaco? La diferencia entre un desliz y una recaída es la siguiente: un desliz es un error de una sola vez que se corrige rápidamente, mientras que una recaída es volver al hábito de consumir tabaco. Puede usar un desliz como una excusa para volver a fumar o puede analizar lo que salió mal y renovar su compromiso de mantenerse alejado de los cigarrillos y/o de los productos del tabaco que no producen humo de forma definitiva.
Incluso si tiene una recaída, trate de no desanimarse demasiado. Muy pocas personas pueden dejar de fumar de manera definitiva en el primer intento. De hecho, a la mayoría de las personas le toma varios intentos. Lo importante es descubrir qué cosas le ayudaron y que cosas no, cuando trató de dejar de fumar. Usted puede usar esta información para hacer un intento más sólido de dejar de fumar la próxima vez.
Algunas personas que fuman cigarrillos aumentan de peso cuando dejan de fumar. Para algunos, esto es suficiente preocupación como para decidir no dejar de fumar. Sin embargo, el aumento de peso que tiene lugar después de dejar el hábito por lo general no es tanto. Pero aun cuando no se tomen medidas para tratar de prevenir esto, el aumento de peso promedio es menor a tres kilos (10 libras) según la mayoría de los estudios. Recuerde que es mucho más peligroso continuar fumando que subir un poco de peso.
Es más probable a que pueda dejar de consumir tabaco definitivamente si primero se dedica a abandonar al hábito, y luego toma medidas para bajar de peso. Mientras esté intentando abandonar el hábito, trate de concentrarse en las distintas formas en que dejar de consumir tabaco puede ayudarle a mantenerse saludable, en vez de preocuparse por su peso. Sufrir estrés debido al aumento de peso puede hacer que resulte más difícil dejar el hábito del tabaco. Haga una actividad física de forma habitual. Trate de seguir un patrón de alimentación saludable que incluya una amplia variedad de frutas y verduras de diversos colores y de granos integrales, y en el que se limite o evite el consumo de carnes rojas y procesadas, así como el de bebidas endulzadas con azúcar y alimentos altamente procesados Asegúrese de beber suficiente agua y duerma lo suficiente.
Pruebe caminar. Caminar es una gran manera para mantenerse activo físicamente y aumentar sus probabilidades de no fumar. Caminar puede ayudarle de la siguiente manera:
Casi toda la gente lo único que necesita para caminar es un par de zapatos cómodos y la mayoría puede caminar prácticamente a cualquier hora que resulte conveniente. Puede usar estas sugerencias como puntos de partida, así como generar sus propias ideas:
La American Cancer Society recomienda que los adultos acumen entre 150 y 300 minutos de actividad física de intensidad moderada o 75 minutos de intensidad vigorosa por semana. Alcanzar una mayor cantidad es aún mejor. Sin embargo, si usted no hace ejercicio con regularidad, consulte con su médico antes de comenzar.
A menudo, los consumidores de tabaco mencionan el estrés como una de las razones para volver a consumir. El estrés es parte de la vida de las personas, tanto de aquellas lque consumen tabaco, como de las que no. La diferencia consiste en que los consumidores de tabaco usan la nicotina para ayudarse a sobrellevar el estrés y las emociones desagradables. Al estar tratando de abandonar el hábito, es necesario aprender nuevas formas de controlar el estrés. La terapia de reemplazo de nicotina puede ayudar por un tiempo, pero a largo plazo usted necesitará otros métodos.
Como se mencionó anteriormente, la actividad física reduce el estrés. Además, puede ayudarle a combatir la sensación de depresión o pérdida temporal que algunas personas experimentan al dejar de consumir tabaco. Otras opciones consisten en tomar cursos acerca de cómo lidiar con el estrés y leer libros de autoayuda. Infórmese sobre estos métodos a través del periódico, una tienda de libros o la biblioteca de su comunidad.
La espiritualidad le puede proporcionar un sentido de propósito en la vida y ayudarle a recordar porqué usted quiere mantenerse libre del tabaco. Las prácticas espirituales conllevan ser parte de algo superior a usted. Para algunas personas, esto incluye cosas como prácticas religiosas, oración o trabajo en la iglesia. Asimismo, las practicas espirituales para otros pueden conllevar meditación, música, el contacto con la naturaleza, manualidades o hacer trabajo voluntario para ayudar a otras personas.
Piense en cómo puede hacer frente al estrés y no consumir tabaco. Busque los recursos que tenga disponibles y planee cómo manejar los factores estresantes que enfrentará.
Es importante que su proveedor de servicios de salud sepa si usted está usado cualquier tipo de tabaco o si lo ha usado en el pasado para que reciba la atención médica preventiva que necesite. Es bien conocido que el consumo de tabaco le pone en riesgo de ciertas enfermedades, por lo que parte de su atención médica debe enfocarse en las medidas de detección y prevención correspondientes para ayudarle a mantenerse lo más saludable posible.
Por ejemplo, examine regularmente el interior de su boca para saber si se presenta algún cambio. Acuda al médico o dentista para que le examine su boca, lengua, encías y garganta si tiene algún cambio o problema. De esta manera, usted puede detectar tempranamente los cambios, como leucoplasia (manchas blancas en los tejidos bucales) y tal vez prevenir cáncer oral o encontrarlo en una etapa que sea más fácil de tratar.
Los fumadores también deben estar al tanto de cualquiera de los siguientes cambios:
Cualquiera de estos cambios puede ser un signo de cáncer de pulmón o de otros problemas pulmonares y debe ser informado inmediatamente a su doctor.
Se recomienda hacer las pruebas de detección para el cáncer de pulmón entre las personas que presentan alto riesgo debido a antecedentes de tabaquismo. La ACS (American Cancer Society) recomienda que los adultos de 50 a 80 años se sometan a un examen anual con una tomografía computarizada de dosis baja (LDCT) si fuman actualmente o solían fumar en el pasado y tienen un historial de tabaquismo de 20 o más paquetes-año. Si este es su caso, hable con su doctor sobre su riesgo de cáncer de pulmón y sobre los beneficios potenciales y riesgos de las pruebas de detección para esta enfermedad. Para acceder a más información, refierárse a las guías de la ACS para la detección temprana del cáncer de pulmón como una preparación para tener una conversación al respecto con su proveedor de atención médica.
Recuerde que los consumidores de tabaco tienen un mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cáncer además del cáncer de pulmón. Si tiene cualquier inquietud sobre su salud que pueda estar relacionada con su consumo de tabaco, por favor consulte con su proveedor de servicios de salud tan pronto como sea posible. Cuidar de sí mismo y recibir el tratamiento para los problemas a tiempo le darán la mejor probabilidad de un tratamiento exitoso. La mejor manera, sin embargo, de cuidar de sí mismo y de reducir su riesgo de problemas de salud que atenten contra su vida es dejar de consumir tabaco.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
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Actualización más reciente: noviembre 1, 2023
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