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Cáncer de laringe y de hipofaringe
Por lo general, los cánceres de laringe y de hipofaringe se descubren cuando la persona presenta signos o síntomas. Si se sospecha cáncer, será necesario realizar pruebas para confirmar el diagnóstico.
Su médico le preguntará sobre sus síntomas, posibles factores de riesgo, su estilo de vida y hábitos sociales, y otros problemas médicos. Un examen médico puede ayudar a descubrir cualquier signo posible de cáncer u otra enfermedad. Su médico le prestará mucha atención a la cabeza y el cuello, y buscará áreas anormales en la boca o garganta, y también cualquier ganglio linfático hinchado en el cuello.
Si su médico sospecha que hay un cáncer de laringe o de hipofaringe, le recomendará un médico de oído, nariz y garganta (ENT, por sus siglas en inglés), también conocido como otorrinolaringólogo, Este médico le examinará la cabeza y el cuello más completamente. Esto incluirá un examen del interior de la laringe y la hipofaringe con un instrumento, conocido como laringoscopia, que se puede hacer de dos maneras:
Esta es la forma más sencilla de revisar la garganta. El médico utiliza un pequeño espejo especial y una luz para mirar adentro de la garganta. El espejo tiene un mango largo y se coloca contra el paladar. El médico ilumina la boca con una luz para ver la imagen en el espejo. Este examen se puede realizar en 5 o 10 minutos en el consultorio del médico. El médico podría rociar un medicamento anestésico en la parte posterior de la garganta para facilitar el examen.
Para realizarla, el médico utiliza un laringoscopio de fibra óptica (un tubo delgado, flexible e iluminado) que se inserta por la nariz y baja hasta la garganta para observar la laringe y las áreas cercanas. El procedimiento suele durar unos 10 minutos y también se puede realizar en el consultorio médico. El médico le aplica un medicamento anestésico en la nariz para facilitar el examen. A veces, puede utilizar una herramienta especial para tomar una pequeña muestra (biopsia) de la garganta para analizarla.
Este es un examen completo de la garganta. Generalmente, se realiza en un quirófano donde le administran medicamentos por vía intravenosa (IV) para que se duerma profundamente (anestesia general). El médico usa un laringoscopio rígido para buscar tumores en la laringe y la hipofaringe. También se examinan otras partes de la boca, la nariz y la garganta. El médico observará estas áreas a través del endoscopio para saber si hay algún tumor, determinar qué grande es, y saber cuán lejos se propagó a las áreas adyacentes. También es posible que el médico tome pequeñas muestras de tejido (biopsia) de cualquier tumor u otras áreas que presenten cambios con instrumentos especiales durante el procedimiento.
Las personas con cánceres de laringe o de hipofaringe también pueden tener un mayor riesgo de padecer otros cánceres en el área de la cabeza y el cuello. Por esta razón, también se revisan cuidadosamente la nasofaringe (la parte de la garganta ubicada detrás de la nariz), la boca, la lengua y el cuello para detectar cualquier signo de cáncer.
La panendoscopia es un procedimiento que combina la laringoscopia, esofagoscopia y la broncoscopia. Este examen permite al médico examinar completamente toda el área alrededor de la laringe y la hipofaringe, incluyendo el esófago y la tráquea. Esta prueba suele hacerse en un quirófano donde le administran medicamentos por vía intravenosa (IV) para que se duerma profundamente (anestesia general).
El médico usa un laringoscopio directo rígido para buscar tumores en la laringe y la hipofaringe. Es posible que el médico también use un endoscopio para examinar el esófago o un broncoscopio para examinar la tráquea. También es posible que el médico tome pequeñas muestras de tejido (biopsia) de cualquier tumor u otras áreas que presenten cambios con instrumentos especiales durante el procedimiento.
Para una biopsia, el médico extrae una muestra de tejido que se examina detenidamente en el laboratorio. Es la única manera de estar seguro de que hay un cáncer. Existen muchos tipos diferentes de biopsias. Consulte Pruebas de detección de cáncer en muestras de biopsia y citología para obtener más información.
La laringe y la hipofaringe se encuentran ubicadas en la profundidad del cuello. Por lo tanto, extraer muestras para una biopsia puede ser complicado. Las biopsias de estas áreas se realizan en el quirófano mientras usted está bajo anestesia general (un sueño profundo). El cirujano usa instrumentos especiales a través de un endoscopio para extraer pequeños fragmentos de tejido.
Este tipo de biopsia no se utiliza para extraer muestras en la laringe o la hipofaringe, pero se puede realizar para encontrar la causa de la hinchazón de un ganglio linfático en el cuello. Para obtener células para una biopsia, se introduce una aguja hueca y delgada en la masa (o ganglio linfático) a través de la piel. Finalmente, las células se examinan con cuidado en el laboratorio. Si la biopsia por aspiración con aguja fina (FNA, por sus siglas en inglés) indica la presencia de cáncer, por lo general, el patólogo (el médico que examina las muestras) puede determinar de qué tipo de cáncer se trata. Si parece que las células cancerosas podrían provenir de la laringe o la hipofaringe, será necesario realizar un examen endoscópico y una biopsia de estas áreas.
Si la FNA no indica la presencia de cáncer, esto solo significa que no se encontró cáncer en ese ganglio linfático. El cáncer aún podría estar en otros lugares. Si presentan síntomas que podrían ser causados por cáncer de laringe o de hipofaringe, puede que aún sean necesarios otros exámenes para encontrar la causa de los síntomas.
Las biopsias por FNA también podrían ser útiles en algunos pacientes que es sabido que tienen cáncer de laringe o hipofaringe. Si la persona tiene una protuberancia en el cuello, una FNA puede mostrar si la masa se debe a la propagación del cáncer. La FNA también podría emplearse en pacientes cuyo cáncer se ha tratado con cirugía y/o radioterapia para ayudar a establecer si una masa en el área tratada del cuello es tejido cicatricial o si es un cáncer que regresó (recurrencia).
Las muestras de biopsia (de la endoscopia o cirugía) se envían al laboratorio, donde se examinan minuciosamente. Si se descubre cáncer, también se le pueden hacer otras pruebas de laboratorio a las muestras de biopsia para ayudar a clasificar mejor el cáncer.
Pruebas de detección de ciertas proteínas en las células tumorales: Si el cáncer se ha propagado (si ha hecho metástasis) o ha regresado, los médicos probablemente buscarán ciertas proteínas en las células cancerosas. Por ejemplo, podrían analizarse las células cancerosas para detectar la proteína PD-L1. Si se detecta esta proteína, podría predecirse si el cáncer es más propenso a responder al tratamiento con ciertos medicamentos de inmunoterapia.
Los estudios por imágenes utilizan rayos X, campos magnéticos o sustancias radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Estos estudios no se usan para diagnosticar cánceres de laringe o de hipofaringe, pero se pueden hacer por varias razones después del diagnóstico de cáncer. Algunas de estas razones son:
La tomografía computarizada (examen CT o CAT, por sus siglas en inglés) usa rayos X para producir imágenes transversales detalladas de su cuerpo. Este estudio puede ayudar a su médico a determinar el tamaño del tumor, indica si se está extendiendo a los tejidos cercanos y si se ha propagado a los ganglios linfáticos del cuello. También se podría hacer para determinar si el cáncer se propagó a los pulmones u otros órganos.
Al igual que la CT, las imágenes por resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) muestran imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. Sin embargo, las MRI utilizan ondas de radio e imanes potentes en lugar de rayos X. Puede que le inyecten por vena una sustancia de contraste llamada gadolinio antes del examen para obtener imágenes claras.
Se puede hacer una resonancia magnética para detectar la propagación del cáncer en el cuello y también en otras áreas del cuerpo.
Si bien podría hacerse una radiografía de tórax para ver si el cáncer se ha propagado a los pulmones, lo que suele hacerse es una tomografía computarizada de los pulmones, ya que tiende a brindar imágenes más detalladas.
Para una tomografía por emisión de positrones (examen PET, por sus siglas en inglés), se inyecta en la sangre un tipo de azúcar ligeramente radiactiva (conocida como fluorodesoxiglucosa o FDG) que se acumula principalmente en las células cancerosas.
Se puede usar un examen PET para buscar posibles áreas de propagación del cáncer, especialmente si el cáncer principal está más avanzado. Este estudio también se puede usar para ayudar a determinar si un área sospechosa en otro estudio por imágenes es cáncer o no.
Estudio PET/CT: a menudo se combina una PET con una CT usando una máquina especial que puede hacer ambos estudios al mismo tiempo. Esto permite al médico comparar las áreas de mayor radiactividad en la PET con una imagen más detallada de la CT.
Para una gammagrafía ósea, se inyecta en la sangre una pequeña cantidad de material de baja radiactividad, que se acumula principalmente en las áreas anormales de los huesos. Este estudio puede ayudar a mostrar si el cáncer se ha propagado a los huesos. Sin embargo, esta prueba no es necesaria muy a menudo porque los estudios PET generalmente pueden mostrar si el cáncer se ha propagado a los huesos.
Este estudio se puede realizar si alguien tiene problemas para tragar. Para este estudio, usted bebe un líquido calizo llamado bario que cubre las paredes de la garganta y el esófago. A medida que usted traga el líquido, se toma una serie de radiografías de la garganta y el esófago para ayudar a mostrar los problemas.
En personas diagnosticadas con cáncer de laringe o hipofaringe, se pueden realizar otras pruebas como parte de una evaluación. Estas pruebas no se usan para diagnosticar el cáncer, sino que se pueden realizar para determinar si una persona está lo suficientemente saludable como para recibir ciertos tratamientos, como cirugía o quimioterapia.
Deje de fumar: Es muy importante dejar de fumar antes de cualquier tratamiento contra el cáncer de laringe y de hipofaringe. Si usted solía fumar cigarrillos antes de ser diagnosticado, es importante no comenzar durante el tratamiento. Fumar durante el tratamiento puede provocar una mala respuesta al tratamiento de radiación, una mala cicatrización de las heridas, una baja tolerancia a la quimioterapia y una mayor probabilidad de muerte.
Análisis de sangre: Un hemograma completo (CBC, por sus siglas en inglés) mide las cantidades de los distintos tipos de glóbulos. Por ejemplo, pueden indicar si usted tiene anemia (número bajo de glóbulos rojos), si el sangrado podría causarle problemas (debido a un número bajo de plaquetas) o si tiene un riesgo aumentado de infecciones (a causa de un número bajo de glóbulos blancos). Por lo general, esta prueba se hace periódicamente durante el tratamiento, porque muchos medicamentos contra el cáncer pueden disminuir la cantidad de glóbulos producidos por la médula ósea.
Las pruebas de química sanguínea pueden ayudar a determinar qué tan bien están funcionando el hígado o los riñones.
Preoperatorio (antes de la cirugía): Si se planea realizar una cirugía, también es posible que se haga un electrocardiograma para asegurar que su corazón está funcionando bien. Además, puede que algunas personas que se vayan a someter a una cirugía necesiten realizar pruebas de su función pulmonar, conocidas como pruebas de la función pulmonar (PFT, por sus siglas en inglés).
Examen dental: Su equipo de atención oncológica también le pedirá que consulte a su dentista antes de darle radiación, ya que puede dañar las glándulas salivales y provocar resequedad bucal. Esto puede aumentar la probabilidad de tener caries, infecciones y que se quiebre el hueso de la mandíbula.
Examen de audición: El medicamento de quimioterapia más comúnmente utilizado en el tratamiento del cáncer de laringe y de hipofaringe, el cisplatino, puede afectar la audición. Los efectos secundarios pueden ir desde un zumbido en los oídos hasta la pérdida de audición. Lo más probable es que su equipo de atención le revise la audición (con un audiograma) antes de comenzar el tratamiento. Su médico también podría ajustar su quimioterapia si su audición ya es mala desde el principio.
Pruebas de nutrición y de habla: Por lo general, tendrá un nutricionista que evaluará su estado nutricional antes, durante y después del tratamiento, para intentar mantener su peso corporal y sus reservas de proteínas lo más normales posible. También podría hacer una consulta con un terapeuta del habla, que evaluará su capacidad para tragar y hablar. Quizás le indiquen ejercicios para hacer durante el tratamiento, con el fin de ayudar a fortalecer los músculos del área de la cabeza y el cuello para que pueda comer y hablar con normalidad después de terminar todo su tratamiento contra el cáncer.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.
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Mendenhall WM, Dziegielewski PT, Pfister DG. Chapter 45- Cancer of the Head and Neck. En: DeVita VT, Lawrence TS, Rosenberg SA, eds. DeVita, Hellman, and Rosenberg’s Cancer: Principles and Practice of Oncology. 11th ed. Philadelphia, pa: Lippincott Williams & Wilkins; 2011.
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Steuer CE, El-Deiry M, Parks JR, Higgins KA, Saba NF. An update on larynx cancer. CA Cancer J Clin. 2017;67(1):31-50.
Actualización más reciente: enero 21, 2021
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