La mayor parte de nuestra información sobre el cáncer de cavidad nasal y de senos paranasales trata sobre formas de eliminar o destruir las células cancerosas o retardar su crecimiento. No obstante, es importante recordar que ayudar a tener una buena calidad de vida es otro objetivo importante. Esto es cierto en todos los casos, ya sea que el tratamiento se utilice para tratar de curar el cáncer o para retardar su crecimiento cuando el cáncer se ha propagado a otras partes del cuerpo.
Si el objetivo del tratamiento es curar el cáncer, los tratamientos de apoyo pueden ayudar a aliviar los síntomas relacionados con los efectos secundarios del tratamiento del cáncer o con el mismo cáncer. Si el cáncer está en una etapa avanzada, el tratamiento de apoyo puede desempeñar un papel incluso más importante, al ayudar a mantener la comodidad y la buena calidad de vida de la persona tanto como sea posible.
Quizás también escuche que los cuidados de apoyo se denominan cuidados paliativos, manejo de síntomas o cuidados de confort.
Dolor: El dolor es una preocupación significativa para muchos pacientes con cáncer. Casi siempre puede controlarse bien con medicamentos ligeros como ibuprofeno o acetaminofeno o, de ser necesario, con medicamentos más fuertes como morfina o similares (conocidos como opioides). Tomar estos medicamentos no significa que una persona se hará adicta a ellos. Muchos estudios han demostrado que las personas con cáncer que toman opioides para controlar su dolor como el médico se los indica no desarrollan una adicción a éstos.
Nutrición: La nutrición es otra inquietud importante para las personas con cánceres de cabeza y cuello, como los cánceres de cavidad nasal o de senos paranasales. Puede que tanto el cáncer como su tratamiento dificulten la deglución (tragar el alimento). Si esto afecta la forma en que la persona come o bebe, es posible que deban insertarle una sonda de alimentación en el estómago. Este tubo muy probablemente se requerirá por un breve periodo durante el tratamiento, pero en algunos casos puede que requiera permanecer por más tiempo.
Estrechamiento de la cavidad nasal: A veces, la radiación puede causar que la cavidad nasal se achique o que los tejidos de la cavidad nasal se peguen entre sí. Esto puede dificultar la respiración. Algunas técnicas simples, como girar suavemente dentro de la nariz un hisopo de algodón cubierto con vaselina o enjuagar el interior de la cavidad nasal con agua salada, pueden ayudar a abrir un poco el área tensa y facilitar la respiración.
Linfedema: Algunas personas que reciben tratamiento con radioterapia podrían tener riesgo de desarrollar linfedema en las áreas de la cabeza y el cuello donde recibieron radiación. Estas áreas pueden hincharse y endurecerse. Esto podría ser peor, si la persona también tuvo una cirugía. Algunas veces, podrían ser útiles los medicamentos, la fisioterapia y la terapia de masajes.
Hay muchas otras maneras en las que su médico puede ayudarle a preservar su calidad de vida y para mantener los síntomas bajo control. Pero esto implica que usted debe ser honesto con su médico e informarle cómo se está sintiendo y los síntomas que está teniendo. A algunas personas no les gusta decirles a sus médicos que no se sienten bien. Pero hablar sobre ello permite que su médico pueda tratar y aliviar los síntomas. Recibir un tratamiento eficaz puede ayudarle a sentirse mejor.