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Linfoma no Hodgkin en niños

Pruebas para detectar el linfoma no Hodgkin en niños

Por lo general, el linfoma no Hodgkin se detecta al llevar al niño o adolescente al médico cuando presenta signos o síntomas. Esto podría hacer que el médico sospeche que se trata de un linfoma, pero será necesario realizar pruebas para confirmarlo.

Los exámenes y las pruebas que se describen a continuación podrían usarse para diagnosticar el linfoma, para determinar el tipo y para saber cuán avanzado está.

Antecedentes médicos y examen médico

El médico le preguntará sobre los síntomas, incluido el tiempo que han estado presentes, y también podría preguntarle acerca de los posibles factores de riesgo, como problemas del sistema inmunitario.

El examen físico probablemente se centrará en cualquier ganglio linfático agrandado u otras áreas de interés. Por ejemplo, se puede palpar el abdomen (vientre) para ver si el bazo o el hígado están agrandados.

Lo que más ocasiona los ganglios linfáticos agrandados en los niños son las infecciones, así que esto suele ser lo primero que piensan los médicos. Debido a esto, a veces puede retrasarse el diagnóstico de linfoma no Hodgkin en un niño. A los niños con ganglios linfáticos inflamados se les puede observar de cerca durante un tiempo o se les puede administrar primero un ciclo de antibióticos para ver si los ganglios se encogen. Si no disminuye el tamaño de los ganglios, se realizarán más pruebas, como una biopsia para extirpar una parte del ganglio agrandado o su totalidad (vea la siguiente sección). No obstante, puede que se necesite realizar una biopsia de inmediato si parece que los ganglios linfáticos están creciendo rápidamente o si la salud del niño está empeorando.

Biopsia

El linfoma no se puede diagnosticar en un niño basándose únicamente en los síntomas o en un examen físico. Con más frecuencia, la mayoría de los síntomas del linfoma no Hodgkin pueden ser causados por otros problemas, como las infecciones. Sin embargo, también podrían ser a causa de otros tipos de cáncer. Y si un niño tiene linfoma no Hodgkin, es importante saber qué tipo de linfoma es, ya que algunos tipos reciben distintos tratamientos.

La única manera de estar seguro del diagnóstico es extirpar una parte o la totalidad de un ganglio linfático anormal (o tumor) para examinarlo con un microscopio y realizar otras pruebas de laboratorio. Este procedimiento que se llama biopsia

Tipos de biopsias para el diagnóstico del linfoma no Hodgkin

Existen distintos tipos de biopsias. Los médicos deciden cuál utilizar según cada situación. El objetivo es obtener una muestra suficientemente grande como para hacer un diagnóstico preciso lo más pronto posible, con los menos efectos secundarios posibles.

Biopsia quirúrgica (abierta): En este procedimiento, se extirpa un ganglio linfático completo (biopsia por escisión) o una pequeña parte de un tumor grande (biopsia por incisión) a través de un corte en la piel.

En el caso de poder realizarse, este tipo de biopsia suele ser la preferencia cuando se sospecha la presencia de linfoma, ya que casi siempre proporciona una muestra suficiente para diagnosticar el tipo exacto de linfoma no Hodgkin.

Si el área donde se hará la biopsia es un ganglio linfático, esta podría hacerse con anestesia local (medicina que se usa para adormecer la zona de la biopsia) y sedación, o bien con anestesia general (en la que el niño duerme profundamente). Si el ganglio (o tumor) está adentro del pecho o el abdomen, normalmente se necesita anestesia general.

Biopsia con aguja: en estas biopsias se usan agujas huecas para extraer pequeñas porciones de tejido. Existen dos tipos principales:

  • En la biopsia por aspiración con aguja fina (FNA, por sus siglas en inglés), el médico utiliza una aguja hueca muy fina con una jeringa para extraer (aspirar) una pequeña cantidad de tejido de un ganglio linfático agrandado o de una masa tumoral.
  • Para la biopsia por punción se usa una aguja más gruesa para extraer un fragmento de tejido ligeramente más grande.

Si un ganglio linfático agrandado está justo debajo de la piel, el médico puede dirigir la aguja mientras palpa el ganglio. Si el ganglio agrandado o tumor se encuentra en una parte profunda adentro del cuerpo (como en el tórax o el abdomen), el médico puede guiar la aguja mientras la ve en un estudio por imágenes, como una tomografía computarizada (CT) o ecografía (se describe más adelante en esta sección).

La principal ventaja de la FNA es que no requiere cirugía. Esto puede ser especialmente importante en caso de niños con tumores en el tórax, ya que la anestesia general (en la que al niño se le induce un sueño profundo) a veces puede ser peligrosa para estos niños. Una biopsia con aguja también puede ser útil cuando el linfoma está en otros lugares además de los ganglios linfáticos, como los huesos.

En niños, las biopsias con aguja pueden a menudo realizarse usando anestesia local para adormecer el área, junto con la sedación para causar que el niño se sienta soñoliento. Con menos frecuencia, se necesita usar anestesia general.

La desventaja principal de las biopsias con aguja (especialmente la FNA) es que a veces puede suceder que la aguja no extraiga lo suficiente para lograr un diagnóstico definido. La mayoría de los médicos no hacen biopsias con agujas si tienen una fuerte sospecha de que existe un linfoma (a menos que no se puedan hacer otros tipos de biopsias por alguna razón). Pero si el médico sospecha que la hinchazón de los ganglios linfáticos se debe a una infección (incluso después de recibir antibióticos), la biopsia con aguja puede ser el primer tipo de biopsia que se haga. Incluso después de que se haya realizado una biopsia con aguja, es posible que siga siendo necesaria una biopsia quirúrgica para diagnosticar y clasificar el linfoma.

Luego de diagnosticar el linfoma, a veces se utilizan biopsias con agujas para examinar áreas en otras partes del cuerpo donde pueda estar propagándose el linfoma o donde pueda estar volviendo después del tratamiento.

Otros tipos de biopsias

Normalmente, no se usan otros tipos de biopsias para diagnosticar el linfoma, pero pueden hacerse si ya se ha diagnosticado el linfoma, para ayudar a mostrar cuán lejos se ha propagado.

Biopsia y aspirado de médula ósea

estas pruebas pueden mostrar si un linfoma ha alcanzado la médula ósea. Las dos pruebas usualmente se hacen al mismo tiempo. Generalmente, las muestras de biopsia se toman de la parte posterior de los huesos de la pelvis (cadera), aunque a veces se pueden tomar de la parte delantera de los huesos de la cadera o de otros huesos.

En la aspiración de la médula ósea, la piel que recubre la cadera y la superficie del hueso se adormece con un anestésico local. En la mayoría de los casos, a los niños se les dará otras medicinas para que estén somnolientos o hasta dormidos durante la biopsia. Luego se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad de médula ósea líquida.

Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y algo de médula con una aguja un poco más grande que se coloca en el hueso. Después de hacer la biopsia, se hace presión en el sitio para ayudar a detener cualquier sangrado.

Punción lumbar

esta prueba se usa para detectar células de linfoma en el líquido cefalorraquídeo (cerebrospinal fluid, CSF), que rodea el cerebro y la médula espinal.

Para esta prueba, se anestesia una zona de la parte inferior de la espalda cerca de la columna vertebral. Por lo general, también se administra al niño un medicamento para que duerma durante el procedimiento. Entonces se introduce una pequeña aguja hueca entre los huesos de la médula espinal para extraer algo de líquido.

Si el niño ya recibió un diagnóstico de linfoma, también se puede hacer una punción lumbar para inyectar medicamentos de quimioterapia en el líquido cefalorraquídeo, a fin de prevenir o tratar la propagación del linfoma a la médula espinal y al cerebro.

Muestras del líquido pleural o peritoneal

Cuando el linfoma se ha propagado a las membranas delgadas que recubren el interior del pecho y el abdomen puede provocar la acumulación de líquido. El líquido pleural (dentro del tórax) o líquido peritoneal (dentro del vientre) puede extraerse colocando una aguja hueca a través de la piel en el tórax o en el abdomen.

  • Al procedimiento que se usa para remover el líquido del tórax se le llama toracocentesis.
  • Cuando se usa para extraer el líquido que se encuentra en el interior del abdomen, se le llama paracentesis.

Antes del procedimiento, el médico usa un anestésico local para adormecer la piel y puede que le administra otros medicamentos al niño para que esté somnoliento o dormido durante el procedimiento. Luego se extrae el líquido y se analiza para detectar células de linfoma.

Pruebas de laboratorio de las muestras de biopsia

La persona que examina todas las muestras y los fluidos de las biopsias es el patólogo (un médico especialmente capacitado en el uso de pruebas de laboratorio para identificar células cancerosas). El médico utiliza un microscopio para examinar el tamaño y la forma de las células, así como la forma en que están agrupadas. Esto puede mostrar si un niño tiene linfoma y, a veces, qué tipo de linfoma es. Pero generalmente se necesitan otros tipos de pruebas de laboratorio también.

Citometría de flujo e inmunohistoquímica

Para la citometría de flujo y la inmunohistoquímica, las muestras de células se tratan con anticuerpos (proteínas que se adhieren solamente a otras proteínas sobre las células). En la inmunohistoquímica, las células entonces se examinan con un microscopio para ver si los anticuerpos se adhieren a ellas (lo que significa que contienen esas proteínas), mientras que la citometría de flujo emplea una máquina especial para examinarlos.

Estas pruebas pueden ayudar a determinar si un ganglio linfático está agrandado debido a un linfoma, a algún otro tipo de cáncer o a una enfermedad no cancerosa. Los exámenes también pueden utilizarse para determinar el inmunofenotipo (el tipo de linfoma que tiene un niño, en función de ciertas proteínas que se encuentran en o sobre las células). Los diferentes tipos de linfocitos (las células a partir de las cuales se originan los linfomas) tienen diferentes proteínas sobre la superficie, que se relacionan con el tipo de linfocito y su madurez.

Pruebas de los cromosomas

Estas pruebas evalúan los cromosomas (cadenas largas de ADN) en las células del linfoma. En algunos tipos de linfoma, las células presentan cambios en los cromosomas, como tener demasiados, muy pocos u otras anomalías. Estos cambios a menudo pueden ayudar a identificar el tipo de linfoma.

  • Citogenética: en esta prueba, las células se observan al microscopio para saber si los cromosomas tienen alguna anomalía. Una desventaja de esta prueba consiste en que los resultados normalmente tardan de dos a tres semanas, debido a que las células del linfoma deben crecer en placas de laboratorio antes de que se puedan ver los cromosomas con el microscopio.

  • Hibridación in situ con fluorescencia (FISH): en esta prueba se examina más minuciosamente el ADN de las células del linfoma utilizando tintes fluorescentes que sólo se adhieren a cambios genéticos o cromosómicos específicos. La prueba FISH puede encontrar la mayoría de los cambios cromosómicos (como translocaciones) que son visibles al microscopio en las pruebas citogenéticas convencionales, así como algunos cambios que son demasiado pequeños para verlos con la prueba citogenética habitual. La prueba FISH es muy precisa y los resultados suelen estar listos en un par de días.

  • Reacción en cadena de la polimerasa (PCR): prueba de ADN de alta sensibilidad que también puede encontrar algunos cambios cromosómicos tan pequeños que no se pueden ver con el microscopio, incluso si hay muy pocas células leucémicas en una muestra.

Para obtener más información, consulte Análisis de muestras de biopsia y citología para detectar el cáncer.

Análisis de sangre

Los análisis de sangre miden las cantidades de ciertos tipos de células y químicos en la sangre. Estas pruebas no se usan para diagnosticar linfoma, pero puede que sean una de las primeras que se hagan en niños con síntomas para ayudar a determinar qué es lo que está ocurriendo. Si a un niño se le ha diagnosticado linfoma, a veces estas pruebas también pueden ayudar a indicar cuánto ha avanzado el linfoma.

  • El hemograma completo (CBC, por sus siglas en inglés) mide los niveles de las distintas células en la sangre, como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. En niños que se sabe tienen linfoma, los bajos recuentos de células sanguíneas podrían indicar que el linfoma está creciendo en la médula ósea y está afectando la producción de nuevas células sanguíneas. En los niños que reciben quimioterapia, esta prueba también se puede utilizar para ver si el tratamiento está afectando la médula ósea.
  • Además, se pueden verificar los niveles sanguíneos de lactato deshidrogenasa (LDH). La LDH suele estar anormalmente alta en pacientes con linfomas de crecimiento rápido.
  • Las pruebas de química sanguínea pueden ayudar a detectar problemas del hígado o de los riñones causados por la propagación de las células del linfoma o por ciertos medicamentos de quimioterapia. Estos análisis de sangre también pueden ayudar a indicar si se necesita un tratamiento para corregir los niveles bajos o altos de ciertos minerales en sangre.
  • Las pruebas también se pueden hacer para asegurarse de que el proceso de coagulación de la sangre sea normal.
  • Para algunos tipos de linfoma, podrían hacerse otros análisis de sangre a fin de determinar si el niño se ha infectado con ciertos virus, como el virus de Epstein-Barr (EBV), el virus de hepatitis B (HBV) o el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Las infecciones con algunos de estos virus pueden influir en el tratamiento que recibirá su hijo.

Estudios por imágenes

Los estudios por imágenes utilizan rayos X, ondas sonoras, campos magnéticos o sustancias radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Estos estudios se pueden realizar por varias razones, incluyendo:

  • Identificar posibles causas de ciertos síntomas (como dificultad respiratoria)
  • Para ayudar a determinar la etapa (extensión) del linfoma, una vez que se ha diagnosticado
  • Ayudar a indicar si el tratamiento es eficaz
  • Detectar posibles signos del linfoma que regresa después del tratamiento

Un niño con un linfoma, o si se sospecha que padece un linfoma, podría necesitar uno o más de estos estudios.

Radiografía de tórax

Una radiografía del tórax se puede hacer para detectar ganglios linfáticos agrandados dentro del tórax. Pero es probable que esta prueba no sea necesaria si se realiza una tomografía computarizada (CT) del tórax.

Tomografía computarizada

La tomografía computarizada (CT) combina muchos rayos X para producir imágenes transversales detalladas del cuerpo. La CT suele usarse para identificar ganglios linfáticos agrandados u otras masas en el cuello, el tórax, el abdomen y la pelvis.

Durante el estudio, su hijo necesitará acostarse en una mesa que se desliza hacia adentro y hacia afuera del escáner, una máquina en forma de aro. Puede que a algunos niños más pequeños se les administre un medicamento que ayude a mantenerlos calmados o que los ponga a dormir durante el estudio para asegurar que se obtengan buenas imágenes.

Biopsia con aguja guiada por tomografía computarizada (CT): las tomografías computarizadas también se usan para guiar con precisión una aguja de biopsia en un área en las que se sospecha hay un tumor o en un ganglio linfático agrandado. Para este procedimiento, el niño permanece adormecido en la camilla de la CT, mientras un médico mueve una aguja de biopsia a través de la piel y hacia el área. Las CT se repiten hasta que la aguja esté en el lugar correcto. Luego se extrae la muestra de la biopsia y se analiza en el laboratorio.

Ecografía (sonograma)

En la ecografía se utilizan ondas sonoras y el eco que estas producen para producir imágenes de los órganos o masas internas.

Se puede usar una ecografía para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para observar ganglios linfáticos agrandados dentro del abdomen (vientre) u órganos como el hígado o el bazo. También puede mostrar si los riñones se han hinchado, si se obstaculizó el flujo de la orina debido a los ganglios linfáticos agrandados.

Biopsia con aguja guiada por ecografía: Algunas veces, también se usa una ecografía para ayudar a guiar una aguja de biopsia hacia un ganglio linfático agrandado.

Imágenes por resonancia magnética

Las imágenes por resonancia magnética (MRI), al igual que la CT, muestran imágenes detalladas de los tejidos blandos del cuerpo. No obstante, la MRI utiliza ondas de radio e imanes muy potentes en lugar de rayos X para capturar las imágenes.

Este estudio no se usa con tanta frecuencia como la CT para linfomas, pero la MRI es muy útil para examinar el cerebro y la médula espinal si un niño tiene síntomas que podrían ser causados por problemas en el sistema nervioso.

La MRI lleva más tiempo que la tomografía computarizada, a menudo hasta una hora. Es posible que su hijo necesite acostarse en el interior de un tubo estrecho, que puede ser angustioso, por lo cual algunas veces es necesario sedar al niño. Las nuevas máquinas de MRI más abiertas pueden ser otra opción, aunque aún requieren que su hijo permanezca acostado y sin moverse.

Tomografía por emisión de positrones

Para una tomografía por emisión de positrones (positron emission tomography, PET), se inyecta una forma de azúcar ligeramente radiactiva en la sangre. (La cantidad de radiactividad que se emplea es muy poca y el cuerpo la eliminará en aproximadamente un día). Debido a que las células del linfoma crecen rápidamente, éstas absorben más cantidades de azúcar. Después de aproximadamente una hora, su hijo será colocado en la camilla de la máquina de la PET. El niño permanece acostado por unos 30 minutos mientras una cámara especial crea una fotografía de las áreas de radiactividad en el cuerpo. Puede que a los niños de menos edad se les administre un medicamento que ayude a mantenerlos calmados o que los ponga a dormir durante el examen.

La imagen de la PET no es tan detallada como una CT o una MRI, pero proporciona información útil sobre todo el cuerpo.

La PET se puede usar por muchas razones en un niño con linfoma:

  • Puede ayudar a determinar si un ganglio linfático agrandado contiene linfoma
  • Puede ayudar a localizar áreas pequeñas en el cuerpo que podrían ser linfoma, incluso si la zona luce normal en una CT
  • Pueden ayudar a indicar si un linfoma está respondiendo al tratamiento. Algunos médicos repetirán la PET después de uno o dos cursos de quimioterapia. Si la quimio está funcionando, el linfoma ya no aparecerá tan bien en el estudio.
  • Se puede utilizar después del tratamiento para ayudar a decidir si los ganglios linfáticos agrandados todavía contienen linfoma o si simplemente se trata de tejido cicatricial.

PET/CT o PET/MRI: Algunas máquinas más nuevas pueden hacer una PET y también una CT o una MRI al mismo tiempo. Esto permite al médico comparar las áreas de mayor radiactividad en la PET con la apariencia más detallada de esa área en la CT o la MRI.

Gammagrafía ósea

Por lo general, no es necesario realizar una gammagrafía ósea, a menos que el niño presente dolor de huesos o los resultados de una prueba de laboratorio sugieran que el linfoma podría haber alcanzado los huesos.

Para este estudio, se inyecta una sustancia radiactiva llamado tecnecio en la sangre. (La cantidad de radiactividad que se emplea es muy poca y el cuerpo la eliminará en aproximadamente un día). En el transcurso de un par de horas, el tecnecio se desplaza a las áreas afectadas de los huesos. Luego, su hijo se acuesta sobre una mesa mientras una cámara especial detecta la radiactividad y crea una imagen del esqueleto. Puede que a los niños de menos edad se les administre un medicamento que ayude a mantenerlos calmados o que los ponga a dormir durante el examen.

Una gammagrafía ósea puede detectar daño óseo causado por el linfoma. Sin embargo, también puede mostrar otras cosas no relacionados con el cáncer. Por lo tanto, puede que se requieran otros estudios para cerciorarse.

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

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Actualización más reciente: agosto 10, 2021

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