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Tumores de encéfalo y de médula espinal en adultos

Radioterapia para tumores de encéfalo y de médula espinal en adultos

La radioterapia utiliza rayos de alta energía o pequeñas partículas para destruir las células cancerosas. Este tipo de tratamiento lo administra un médico llamado un oncólogo especialista en radiación. La radioterapia se puede utilizar en diferentes situaciones, por ejemplo:

  • Después de la cirugía para tratar de eliminar cualquier célula del tumor remanente
  • Como el tratamiento principal, si la cirugía no es una buena opción y las medicinas no son eficaces.
  • Para ayudar a prevenir o aliviar los síntomas ocasionados por el tumor

Radioterapia externa

Con frecuencia, la radiación se enfoca en el tumor por una fuente externa al cuerpo. A esto se le llama radioterapia externa. Este tipo de radioterapia es muy similar a la radiografía, pero la dosis de radiación es mucho más intensa.

Antes de iniciar el tratamiento, el equipo de radiación determinará los ángulos correctos para emitir los haces de radiación, y las dosis adecuadas de radiación. Esta sesión de planificación, llamada simulación, generalmente incluye estudios por imágenes, como CT o MRI.

En la mayoría de los casos, la dosis total de radiación se divide en dosis diarias (usualmente administradas de lunes a viernes) que se suministran durante varias semanas. En cada sesión de tratamiento, usted se acuesta en una camilla especial mientras una máquina emite la radiación desde ángulos precisos. El tratamiento no es doloroso. Cada sesión dura entre 15 y 30 minutos y gran parte de ese tiempo se dedica a asegurarse de que la radiación se dirija correctamente. El tiempo diario que toma el tratamiento en sí es mucho más corto.

Las altas dosis de radioterapia pueden dañar el tejido normal del encéfalo. Por lo tanto, los médicos tratan de administrar la radiación al tumor mientras se suministra la menor dosis posible a las áreas normales que rodean al encéfalo. Varias técnicas pueden ayudar a los médicos a enfocar la radiación con más precisión:

Radioterapia conformada en 3D (3D-CRT): la 3D-CRT utiliza los resultados de estudios por imágenes, como la MRI y computadoras especiales para delinear con exactitud la localización del tumor. Varios rayos son configurados y dirigidos hacia el tumor desde distintas direcciones. Cada rayo solo es bastante débil, lo que hace menos probable que cause daño a los tejidos normales. No obstante, los rayos llegan hasta el tumor para administrar allí una dosis más alta de radiación.

Radioterapia de intensidad modulada (IMRT): la radioterapia de intensidad modulada (intensity modulated radiation therapy, IMRT) es una forma avanzada de terapia tridimensional. Esta técnica emplea una máquina controlada por una computadora que se mueve alrededor del paciente a medida que emite la radiación. Además de configurar los rayos y dirigirlos al tumor desde varios ángulos, la intensidad (fuerza) de los rayos puede ser ajustada para limitar la dosis que llega a los tejidos normales más sensibles. Esto puede permitir al médico administrar una dosis más alta al tumor. Muchos hospitales y centros de cáncer importantes ahora usan IMRT.

Terapia de arco volumétrico modulado (VMAT): Esta técnica más nueva es similar a la IMRT. Para este tratamiento, el paciente se acuesta sobre una mesa, que pasa a través de la máquina que administra la radiación. La fuente de radiación (el acelerador lineal) gira alrededor de la mesa formando un arco, emitiendo rayos desde diferentes ángulos. Una computadora controla la intensidad de los rayos para ayudar a mantener la radiación enfocada en el tumor. Aún no está claro si este enfoque produce mejores resultados que la IMRT, aunque permite que la radiación se administre durante menos tiempo en cada sesión de tratamiento.

Radioterapia conformada en 3D con haces de protones: La terapia con rayos de protones utiliza un enfoque similar a la 3D-CRT. En lugar de usar rayos x, centra los rayos de protones en el tumor. Los protones son partículas positivas de átomos. Contrario a los rayos X que liberan energía tanto antes como después de alcanzar el blanco, los protones causan poco daño a los tejidos a través de los cuales pasan, y luego liberan su energía después de alcanzar cierta distancia. Esto permite al médico suministrar una mayor dosis de radiación al tumor, causando menor daño a los tejidos normales adyacentes.

Este método puede ser más útil para los tumores de encéfalo que tienen bordes definidos (como los cordomas), aunque no está claro si será útil con los tumores que generalmente se desarrollan hacia o se mezclan con el tejido encefálico normal (tales como astrocitomas o glioblastomas). Actualmente hay un limitado número de centros en los Estados Unidos donde se administra esta radiación.

Radiocirugía estereotáctica (SRS)/radioterapia estereotáctica (SRT): este tipo de tratamiento suministra una gran dosis precisa de radiación al área del tumor en una sola sesión (SRS) o en algunas sesiones (SRT). (En realidad, este tratamiento no conlleva cirugía). Este tratamiento se puede usar contra algunos tumores en partes del encéfalo o la médula espinal que no se pueden tratar con cirugía o cuando un paciente no es lo suficientemente saludable como para someterse a una cirugía.

Puede que se alrededor de la cabeza se coloque un marco que fije la posición del cráneo, lo cual ayudar a dirigir los rayos de radiación. (En cambio, a veces se usa una máscara para sostener la cabeza). Una vez determinada la localización exacta del tumor mediante los estudios por CT o MRI, la radiación se enfoca al tumor desde muchos ángulos diferentes. Esto se puede hacer de dos maneras:

  • En uno de los métodos, se enfoca rayos de menor intensidad hacia al tumor desde cientos de ángulos distintos durante un periodo de tiempo breve. Cada rayo es débil, pero todos se enfocan hacia el tumor para administrar allí una dosis más alta de radiación. Un ejemplo del equipo que emplea a esta técnica es el denominado Gamma Knife.
  • Otro método utiliza un acelerador lineal móvil (una máquina que crea radiación) que es controlado por una computadora. En lugar de suministrar muchos rayos a la vez, esta máquina se mueve alrededor de la cabeza para suministrar la radiación al tumor desde muchos ángulos diferentes. Varias máquinas, las cuales se conocen como X-Knife (bisturí de rayos X), CyberKnife y Clinac, administran radiocirugía estereotáctica de esta manera.

La SRS generalmente administra la dosis de radiación completa en una sola sesión, aunque puede que sea necesario repetirla. Para la SRT, (a veces se conoce como radiocirugía fraccionada), los médicos administran radiación en varios tratamientos para suministrar la misma dosis o una ligeramente más alta. Actualmente existen técnicas sin armazón para que esto sea más cómodo.

Radioterapia guiada por imágenes (IGRT): para la IGRT, antes del procedimiento se realiza un estudio por imágenes para guiar mejor la radiación al objetivo. La IGRT se utiliza normalmente junto con algunas de las técnicas más precisas para administrar radiación descritas anteriormente. Es más útil cuando la radiación debe administrarse con mucha precisión, como cuando un tumor está muy cerca de estructuras vitales.

Radiación a todo el encéfalo y la médula espinal (radiación craneoespinal): si los estudios como la MRI o la punción lumbar indican que el tumor se ha propagado a lo largo del revestimiento de la médula espinal (meninges), o en el líquido cefalorraquídeo circundante, entonces la radiación se puede administrar a todo el encéfalo y la médula espinal. Algunos tumores, como los ependimomas y los meduloblastomas tienen una mayor probabilidad de propagarse de esta manera y a menudo requieren de radiación craneoespinal.

Braquiterapia (terapia de radiación interna)

En la braquiterapia, se inserta material radiactivo directamente dentro o cerca del tumor. Esto se puede hacer durante la cirugía para extirpar el tumor cerebral, o podría ser una opción si el tumor regresa después del tratamiento.

Un ejemplo de este enfoque de tratamiento se conoce como GammaTile. Se trata de pequeños mosaicos hechos principalmente de colágeno, que contienen pequeñas ‘semillas’ radiactivas. Se colocan en el revestimiento del espacio abierto que se crea cuando se extirpa un tumor cerebral. La radiación que emiten viaja sólo una distancia corta, por lo que no es probable que afecte a otras partes del cerebro. Con el tiempo, las propias tejas son absorbidas por el cuerpo, mientras que las semillas pierden su radiactividad y pueden dejarse en su lugar.

Una posible ventaja de este enfoque es que permite administrar radiación en el área inmediatamente después de la cirugía, en lugar de tener que esperar varias semanas, como suele ocurrir con la radiación externa. Sin embargo, este enfoque también tiene algunas limitaciones, como no poder llegar a las células tumorales que están más alejadas del tumor original.

Posibles efectos secundarios de la radioterapia

La radiación es más dañina para las células tumorales que para las células normales. Aun así, la radiación también puede dañar el tejido encefálico normal, lo que puede ocasionar efectos secundarios.

Efectos secundarios durante o poco tiempo después del tratamiento: Algunas personas pueden sentirse irritables o cansadas durante el curso de la radioterapia. También es posible que se presente náuseas, vómitos y dolor de cabeza, aunque éstos son poco comunes. Algunas veces, la dexametasona (un corticoesteroide), u otros medicamentos pueden ayudar a aliviar estos síntomas. Algunas personas podrían perder el cabello en áreas del cuero cabelludo que recibieron radiación. También se pueden presentar otros efectos secundarios, dependiendo del lugar donde se aplique la radiación.

Problemas con el razonamiento y la memoria: Una persona puede perder cierta función encefálica si grandes áreas del encéfalo reciben radiación. Entre los problemas que se pueden presentar están la pérdida de memoria, cambios en la personalidad y dificultad para concentrarse. También se pueden presentar otros síntomas dependiendo del área del encéfalo tratada y la cantidad de radiación administrada. Estos riesgos tienen que ser balanceados con los riesgos de no usar radiación y tener menos control del tumor.

Necrosis por radiación: En raras ocasiones después de la radioterapia, se forma una masa de tejido muerto (necrótico) en el sitio donde está el tumor en meses o años después del tratamiento con radiación. Esto a veces se puede controlar con corticosteroides, pero puede que en algunos casos se necesite cirugía para remover el tejido necrótico.

Mayor riesgo de padecer otro tumor: La radiación puede dañar los genes de las células normales. Como resultado, hay un riesgo mínimo de padecer un segundo cáncer en un área donde se recibió la radiación. Por ejemplo, un meningioma de los revestimientos del encéfalo; otro tumor de encéfalo, o con menos probabilidad, un cáncer de hueso en el cráneo. Si esto ocurre, por lo general, es muchos años después de haber recibido la radiación. Este pequeño riesgo no debe ser impedimento para que las personas que necesiten radiación reciban tratamiento.

More information about radiation therapy

To learn more about how radiation is used to treat cancer, see Radiation Therapy.

To learn about some of the side effects listed here and how to manage them, see Managing Cancer-related Side Effects.

The American Cancer Society medical and editorial content team

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Dorsey JF, Salinas RD, Dang M, et al. Chapter 63: Cancer of the central nervous system. In: Niederhuber JE, Armitage JO, Doroshow JH, Kastan MB, Tepper JE, eds. Abeloff’s Clinical Oncology. 6th ed. Philadelphia, Pa: Elsevier; 2020.

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Scaringi C, Agolli L, Minniti G. Technical advances in radiation therapy for brain tumors. Anticancer Res. 2018;38(11):6041-6045.

 

Actualización más reciente: mayo 16, 2023

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