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Linfoma de Hodgkin

Radioterapia para el linfoma de Hodgkin

La radioterapia utiliza rayos de alta energía (o partículas) para destruir las células cancerosas. La radioterapia es parte del tratamiento para la mayoría de las personas con linfoma de Hodgkin. Resulta particularmente útil cuando el linfoma de Hodgkin está localizado solamente en una parte del cuerpo.

Para el linfoma de Hodgkin clásico, la radiación a menudo se administra después de la quimioterapia, especialmente cuando existe un tumor grande o abultado (usualmente en el tórax). La quimioterapia o la radiación sola probablemente no curaría el linfoma, pero ambos tratamientos juntos usualmente lo curan.

La radiación también se puede usar por sí sola para tratar algunos casos de linfoma de Hodgkin con predominio linfocitario nodular (NHLPL).

A menudo, la radioterapia es muy eficaz al eliminar las células del linfoma de Hodgkin. Pero con el paso de los años ha quedado claro que la quimioterapia también funciona muy bien. Hoy en día, los médicos tienden a usar menos radiación y dosis más bajas de radiación debido a sus posibles efectos secundarios a largo plazo. (Lea información más adelante).

¿Cómo se administra la radioterapia?

Para tratar el linfoma de Hodgkin, se enfocan cuidadosamente haces de radiación desde una máquina. A este tratamiento se le llama radiación de haz externo.

Antes de iniciar el tratamiento, el equipo de radiación cuidadosamente toma medidas para determinar los ángulos para emitir los haces de radiación, y la dosis necesaria. Esta sesión de planificación, llamada simulación, generalmente incluye estudios por imágenes, como CT o PET. Se pueden hacer reposacabezas, moldes para el cuerpo y yesos para mantenerle en la misma posición para cada tratamiento. Para proteger otras partes de su cuerpo, se pueden hacer bloques o escudos. Se le puede pedir que contenga la respiración por unos momentos. El objetivo es enfocar la radiación en el cáncer para limitar el efecto sobre los tejidos sanos.

Con más frecuencia, los tratamientos de radiación se administran 5 días a la semana por varias semanas. El tratamiento es muy similar a la radiografía, pero la radiación es más intensa. Cada sesión dura sólo unos minutos, aunque el tiempo de preparación (colocarle en el lugar correcto) usualmente toma más tiempo. El tratamiento no causa dolor, aunque puede que aún sea necesario sedar a algunos niños de menor edad para asegurarse de que no se muevan durante el tratamiento. Los estudios por imágenes modernos también pueden localizar lugares de linfoma de Hodgkin con mucha precisión, lo que ayuda a los doctores a dirigir la radiación solamente al linfoma preservando los tejidos normales adyacentes. Esto puede ser útil para limitar los efectos secundarios.

Recuerde: Los ganglios linfáticos se encuentran dispersos por todo su cuerpo y linfoma de Hodgkin puede comenzar en cualquiera de ellos. Esto significa que a menudo el cáncer está cerca de órganos principales, como los pulmones, el corazón, los riñones y la médula espinal, así como los músculos, los vasos sanguíneos y los nervios. Es importante dirigir la radiación a los ganglios linfáticos para limitar los daños a los tejidos sanos adyacentes.

 

Radioterapia dirigida al lugar afectado (ISRT)

Al tratar el linfoma de Hodgkin, muchos médicos prefieren este método de radioterapia más reciente. En la ISRT, la radiación se dirige solamente a los ganglios linfáticos que originalmente contenían el linfoma, así como cualquier área adyacente a la que el cáncer se haya extendido. Esto reduce el tamaño del área de tratamiento (o campo) y ayuda a proteger a los órganos y a los tejidos normales de la radiación.

Radioterapia dirigida al campo afectado (IFRT)

En el pasado, esta era la forma preferida de radioterapia para el linfoma de Hodgkin, pero hoy día ha sido reemplazada ampliamente por la ISRT. En esta técnica, solo se tratan las regiones con ganglios linfáticos que tienen linfoma de Hodgkin, aunque esto incluye áreas más extensas de tratamiento que en la ISRT. (Esto puede aumentar el riesgo de que la radiación alcance a órganos cercanos).  

Radioterapia de campo extendido

En la actualidad, es un tratamiento que se emplea en pocas ocasiones, pero en el pasado se administraba la radioterapia a las áreas principales de ganglios linfáticos que contenían linfoma, así como a las áreas de ganglios linfáticos normales circundantes. Esto se hacía en caso de que el linfoma se había extendido, a pesar de que los médicos en realidad no podían detectarlo en estas áreas. A esto se le llama radiación de campo extendido.

  • Si el linfoma estaba en la parte superior del cuerpo, la radiación se administraba al campo de manto, el cual incluía las áreas de ganglios linfáticos en el cuello, tórax y debajo de los brazos. Algunas veces también se extendía para incluir a los ganglios linfáticos en el abdomen (vientre) superior.
  • La radioterapia del campo de Y invertida incluía a los ganglios linfáticos del abdomen superior, el bazo y los ganglios linfáticos de la pelvis.
  • Cuando se utilizaba la radioterapia del campo de Y invertida junto con la radiación del campo de manto, la combinación se llamaba irradiación ganglionar total.

Debido a que ahora casi todos los pacientes con linfoma de Hodgkin son tratados con quimioterapia, la radioterapia de campo extendido rara vez se utiliza.

Irradiación corporal total

Para tratar de eliminar las células del linfoma que están por todo el cuerpo, las personas que se someterán a un trasplante de células madre pueden recibir radiación a todo el cuerpo junto con alta dosis de quimioterapia. Para más información sobre este procedimiento, consulte Altas dosis de quimioterapia y trasplante de células madre.

Posibles efectos secundarios de la radioterapia

Los efectos secundarios de la radioterapia dependen del lugar donde se aplique la radiación.

Algunos posibles efectos secundarios a corto plazo son:

  • Cambios en la piel de las áreas que reciben radiación que van desde enrojecimiento hasta ampollas y descamación 
  • Cansancio
  • Sequedad en la boca
  • Náuseas
  • Diarrea

La radiación que se administra a varias áreas, especialmente después de quimioterapia, puede disminuir los recuentos sanguíneos y aumentar el riesgo de infecciones.

La radioterapia también puede ocasionar efectos secundarios a largo plazo, incluyendo:

  • Un mayor riesgo de padecer otro cáncer en la parte del cuerpo expuesta a radiación.
  • Daños a la glándula tiroides (debido a la radiación dirigida al pecho o al cuello), que pueden afectar su capacidad para producir hormona tiroidea. Esto puede causar cansancio y aumento de peso.
  • Un mayor riesgo de cardiopatía  (tal como ataques al corazón) y problemas pulmonares debido a la radiación dirigida al pecho.
  • Un mayor riesgo de accidente cerebrovascular (derrame) años después de la radioterapia dirigida al cuello
  • Retardo del crecimiento óseo en los niños. Dependiendo del lugar donde se administró la radiación, esto podría causar deformidades o provocar que un niño(a) no crezca hasta su altura completa. La radiación que se administra a la parte inferior del cuerpo de los niños y los jóvenes adultos podría también afectar la fertilidad en el futuro.

Para reducir el riesgo de los efectos secundarios, los médicos calculan cuidadosamente la dosis exacta de la radiación que usted necesita y dirigen los rayos en la forma más precisa posible. También se pueden usar protectores sobre las partes del cuerpo adyacentes para protegerlas de la radiación. Para ayudar a preservar la fertilidad en las niñas y las mujeres jóvenes, se pueden apartar los ovarios con cirugía menor antes de que la radiación se administre.

Para obtener más información, consulte Efectos secundarios tardíos y a largo plazo del tratamiento del linfoma de Hodgkin. Si usted o su hijo está recibiendo radioterapia, asegúrese de hablar con su médico sobre los posibles efectos secundarios a largo plazo. El linfoma de Hodgkin puede ser curado y los efectos secundarios a largo plazo son una preocupación muy real.

Para más información, consulte Radioterapia.

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

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Actualización más reciente: mayo 1, 2018

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