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Leucemia linfocítica crónica (CLL)
Ciertos signos y síntomas pudieran sugerir que una persona padece leucemia linfocítica crónica (CLL), aunque se necesitan realizar pruebas para cerciorarse.
Si usted pudiese tener leucemia, su médico tomará sus antecedentes médicos completos para analizar los síntomas y los posibles factores de riesgo. También se le harán preguntas sobre sus antecedentes médicos familiares y su salud general.
Se realizará un examen médico para identificar posibles signos de leucemia y de otros problemas de salud. Durante el examen, su médico prestará especial atención a los ganglios linfático, al abdomen (vientre) y a otras áreas del cuerpo que pudieran estar afectadas.
Su médico también pudiera ordenar pruebas para verificar sus recuentos de células sanguíneas. Si los resultados sugieren leucemia, puede que se recomienden a un hematólogo, un médico especialista en tratar trastornos sanguíneos (incluyendo cánceres de la sangre, como leucemia). Este médico puede ordenar una o más de las pruebas que se describen a continuación.
Las pruebas tendrán que realizarse en la sangre y la médula ósea para confirmar el diagnóstico de leucemia. También se pueden necesitar otras pruebas de tejidos y células para ayudar a guiar el tratamiento.
Las muestras de sangre para las pruebas de CLL se toman de una vena de su brazo. Se realizan muchas pruebas diferentes.
El hemograma completo o recuento sanguíneo completo es una prueba que mide las diferentes células en la sangre, tal como los glóbulos rojos, los glóbulos blancos y las plaquetas. Esta prueba se hace a menudo junto con un diferencial, que indica los números de los diferentes tipos de glóbulos blancos. Estas pruebas a menudo son las primeras que se realizan cuando se sospecha de un problema sanguíneo.
Las personas con CLL tienen demasiados linfocitos. (A esto se le puede llamar linfocitosis). Tener más de 10,000 linfocitos/mm³ (por milímetro cúbico) de sangre sugiere fuertemente CLL, aunque se necesitan otras pruebas para confirmarlo. Puede que también presente niveles bajos de glóbulos rojos y de plaquetas.
Una muestra de sangre se examina al microscopio (llamado frotis de sangre periférica). Si usted padece CLL, el frotis de sangre podría mostrar muchos linfocitos que lucen anormales llamados células de frotis.
Esta prueba es importante para diagnosticar CLL. Se emplea una máquina que analiza ciertas sustancias (marcadores) que están sobre o en las células y que ayuda a identificar los tipos de células que son.
Esta prueba se puede emplear para determinar si los linfocitos en una muestra de sangre contienen células de CLL. La citometría de flujo también se puede usar para detectar células de CLL en la médula ósea o en otros líquidos.
La citometría de flujo también puede emplearse para determinar la presencia de sustancias llamadas ZAP-70 y CD38 en las células de CLL. Los estudios sugieren que las personas que tienen pocas células de CLL con estas sustancias parecen presentar un mejor pronóstico. Esto se aborda detalladamente en Etapas de la leucemia linfocítica crónica.
Se pueden hacer otras pruebas para medir la cantidad de ciertas sustancias químicas en la sangre, pero no se usan para diagnosticar leucemia. En personas que ya se sabe que tienen CLL, estas pruebas ayudan a encontrar problemas del hígado o de los riñones causados por la propagación de las células leucémicas o por ciertos medicamentos quimioterapéuticos (quimio). Estas pruebas también pueden verificar los niveles de ciertos minerales para que se pueda tratar cualquier desequilibrio. Si se va a administrar el medicamento rituximab (Rituxan®), el médico puede ordenar exámenes de sangre para detectar infecciones por hepatitis previas. (Usted puede obtener más información sobre este tema en Anticuerpos monoclonales para la leucemia linfocítica crónica).
Se pueden medir sus niveles de inmunoglobulina sanguínea para saber si usted cuenta con suficientes anticuerpos para combatir las infecciones, especialmente si recientemente ha tenido muchas infecciones. Se puede medir otra proteína sanguínea llamada microglobulina beta-2. Los niveles altos de esta proteína generalmente indican una CLL más avanzada.
A menudo, las pruebas de sangre son suficientes para diagnosticar CLL, aunque examinar la médula ósea puede ayudar a determinar qué tan avanzada se encuentra. Debido a esto, a menudo se realizan pruebas de médula ósea antes de comenzar el tratamiento. También podrían repetirse durante o después del tratamiento para saber si el tratamiento es eficaz.
Para obtener las muestras de médula ósea para su posterior análisis, se realiza un aspirado de médula ósea y una biopsia de la médula ósea. Se llevan a cabo generalmente al mismo tiempo. Por lo general, las muestras se toman de la parte posterior del hueso de la pelvis (cadera), aunque algunas veces se pueden tomar de otros huesos.
En el procedimiento de aspirado de médula ósea, el paciente se acuesta sobre una mesa (ya sea sobre su costado o su abdomen). Después de limpiar la piel sobre la cadera, el médico utiliza una aguja larga y delgada para inyectar un medicamento que adormece el área y la superficie del hueso. Esto puede causar una breve sensación de escozor o ardor. Luego se inserta una aguja hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad (aproximadamente una cucharada) de médula ósea líquida y espesa. Hasta con el uso del medicamento que bloquea el dolor, la mayoría de las personas experimentan algo de dolor breve cuando se extrae la médula ósea.
Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula (aproximadamente 1/16 de pulgada de diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. Hasta con el uso del medicamento que bloquea el dolor, esto puede causar una sensación de presión o de un tirón, pero generalmente no duele. Después de realizar la biopsia, se aplica presión en el sitio para ayudar a prevenir el sangrado.
Un patólogo (un médico especializado en pruebas de laboratorio) examina las muestras de médula ósea con un microscopio. Las muestras también serán examinadas por su hematólogo/oncólogo (un médico especializado en cáncer y enfermedades de la sangre).
Los médicos observarán el tamaño, la forma y otras características de los glóbulos blancos en las muestras. Esto ayuda a clasificarlos en tipos específicos.
Un factor importante es si las células se ven maduras (como células sanguíneas normales que pueden combatir infecciones). Las células de CLL usualmente parecen maduras, mientras que las células de las leucemias agudas parecen inmaduras.
Una característica importante de una muestra de médula ósea es su celularidad o composición celular. La médula ósea normal contiene cierto número de células productoras de sangre y de células adiposas. Se dice que una médula que tiene demasiadas células productoras de sangre es hipercelular. Esto a menudo se observa en la médula ósea de una persona con CLL. Los médicos también analizan cuánto de las células normales en la médula normal es remplazado por las células de la CLL.
El patrón de propagación de las células CLL en la médula ósea también es importante. Un patrón en el que las células se encuentran en pequeños grupos (llamado patrón nodular o intersticial) con frecuencia significa un mejor pronóstico que cuando las células se encuentran diseminadas por toda la médula (un patrón difuso).
Para diagnosticar la CLL, se pueden usar colorantes o pruebas de anticuerpos tales como citoquímica, inmunocitoquímica, inmunohistoquímica, y citometría de flujo en las muestras de médula ósea.
Para esta prueba, se cultivan células de la médula ósea en el laboratorio (o algunas veces células provenientes de la sangre o de otros tejidos), y se examinan sus cromosomas con un microscopio. Por lo general, toma varias semanas completar esta prueba debido a que le toma tiempo a las células comenzar a dividirse. Las células humanas normales contienen 23 pares de cromosomas, pero algunas veces las células de CLL presentan cambios cromosómicos que se pueden observar con un microscopio.
En algunos casos de CLL, es posible que falte una sección de un cromosoma. A esto se le llama deleción. Las deleciones más comúnmente ocurren en partes de los cromosomas 13, 11 o17. Una deleción de parte del cromosoma 17 se asocia con un pronóstico adverso. Otros cambios cromosómicos menos comunes incluyen la presencia de una copia adicional del cromosoma 12 (trisomía 12), o una translocación (intercambio de ADN) entre los cromosomas 11 y 14 [identificado como t(11;14)].
Esta información puede ser útil para determinar el pronóstico (perspectiva) de un paciente, pero es necesario considerarlo junto con otros factores, como por ejemplo la etapa de la CLL. La pérdida de una sección del cromosoma 13 usualmente se relaciona con una enfermedad de crecimiento más lento y un mejor pronóstico, mientras que los defectos en los cromosomas 11 o 17 frecuentemente indican un pronóstico menos favorable. La trisomía 12 no parece tener mucho efecto sobre el pronóstico.
Esta prueba de los cromosomas se puede usar para identificar los cromosomas de las células y el ADN sin hacer crecer las células en el laboratorio. Utiliza tintes fluorescentes especiales que sólo se adhieren a ciertas partes de cromosomas particulares. La hibridación in situ con fluorescencia (FISH) se usa para identificar ciertos genes o cambios cromosómicos (no simplemente cualquier cambio). También se puede usar en muestras regulares de sangre y médula ósea. Debido a que las células no tienen que crecer primero en el laboratorio, usualmente puede obtener los resultados con más rapidez que la citogenética, a menudo dentro de varios días.
Las inmunoglobulinas son anticuerpos que ayudan a su cuerpo a combatir las infecciones y están compuestas por cadenas ligeras y cadenas pesadas. Si el gen de la región variable de la cadena pesada de las inmunoglobulinas (IGHV o IgVH) ha cambiado (mutado), esto puede ayudar a su médico a saber cuán agresiva es su CLL. Ese gen se analiza en una prueba llamada secuenciación de ADN.
En una biopsia de ganglio linfático, se extirpa parte o todo un ganglio linfático para examinarlo con un microscopio y determinar la presencia de células cancerosas. Esto a menudo se hace para diagnosticar linfomas, rara vez es necesaria para la CLL. Se puede usar si un ganglio linfático ha crecido mucho y el médico desea saber si la leucemia ha cambiado (se ha transformado) en un linfoma más agresivo.
En una biopsia por escisión de ganglio linfático se extirpa un ganglio linfático completo a través de una incisión en la piel. Si el ganglio se encuentra cerca de la superficie de la piel, ésta es una operación sencilla que puede hacerse adormeciendo primero la piel, pero si el ganglio se encuentra dentro del pecho o del abdomen, se usa anestesia general (el paciente se pone a dormir). Si el ganglio linfático es demasiado grande, se puede extirpar sólo una parte. Este procedimiento se llama biopsia por incisión.
Este procedimiento se usa para someter a prueba el líquido que rodea el cerebro y la médula espinal (el líquido cefalorraquídeo, CSF). Esto no se hace a menudo en personas con CLL. Sólo se hace cuando el médico sospecha que las células leucémicas se han propagado al área que rodea el cerebro o la médula espinal (lo cual es infrecuente), o si es posible que haya una infección en esas áreas.
Para esta prueba, el médico primero adormece un área en la parte baja de la espalda sobre la columna vertebral. Entonces se introduce una pequeña aguja hueca entre los huesos de la médula espinal y hacia el espacio que rodea la médula espinal para extraer algo de líquido.
Los estudios por imágenes utilizan rayos X, ondas sonoras o campos magnéticos para obtener imágenes del interior de su cuerpo. Los estudios por imágenes no se hacen para diagnosticar CLL, pero se pueden hacer por otras razones, incluyendo ayudar a encontrar un área sospechosa que pudiera ser cáncer, saber cuán lejos se ha propagado el cáncer o ayudar a determinar si el tratamiento es eficaz.
Este estudio, conocido como CT, puede ayudar a indicar si cualesquiera de sus ganglios linfáticos u órganos están agrandados. Generalmente no se necesita para diagnosticar la CLL, pero puede hacerse si su médico sospecha que la leucemia se está desarrollando en un órgano, como su bazo.
Algunas veces la CT se combina con una PET en un estudio conocido como PET/CT scan. Para la tomografía por emisión de positrones (PET) se inyecta glucosa (una forma de azúcar) que contiene un átomo radiactivo en la sangre. Debido a que las células cancerosas crecen rápidamente, éstas absorben altas cantidades de azúcar radiactivo. Entonces, una cámara especial puede crear una imagen de las áreas de radiactividad en el cuerpo. El estudio PET/CT combina ambas pruebas en una máquina. Este estudio permite al médico comparar las áreas de mayor radiactividad en la PET con la apariencia más detallada de esa área en la CT.
La imagen por resonancia magnética (MRI) es muy útil para examinar el cerebro y la médula espinal, pero no es necesaria con frecuencia en personas con CLL.
La ecografía se puede usar para observar los ganglios linfáticos cercanos a la superficie del cuerpo o para observar órganos agrandados (como el hígado y el bazo) dentro de su abdomen.
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Actualización más reciente: mayo 10, 2018
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