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Un factor de riesgo es todo aquello que afecta su probabilidad de padecer una enfermedad, como por ejemplo el cáncer. Cada tipo de cáncer tiene diferentes factores de riesgo. Algunos factores de riesgo, como el fumar y la alimentación, pueden cambiarse. Otros factores, como la edad o los antecedentes familiares, no se pueden cambiar.
No obstante, si se tiene uno, o hasta muchos factores de riesgo, no necesariamente significa que se padecerá la enfermedad. Asimismo, si no presenta ningún factor de riesgo, esto no significa que no padecerá la enfermedad. Además, algunas personas que padecen la enfermedad pueden no tener factores de riesgo conocidos. Aun cuando una persona con cáncer testicular tenga un factor de riesgo, a menudo es muy difícil saber cuánto contribuyó ese factor de riesgo al cáncer.
Los científicos han descubierto pocos factores de riesgo que aumentan las probabilidades de que alguien padezca cáncer de testículo.
Uno de los factores de riesgo principales para el cáncer testicular es una afección llamada criptorquidia o testículo(s) que no ha(n) descendido al escroto. Esto significa que uno o ambos testículos no bajaron del abdomen hasta el escroto antes del nacimiento. Los hombres con criptorquidia son muchas veces más propensos a padecer cáncer de testículo que aquellos cuyos testículos han descendido normalmente.
En un feto, los testículos normalmente se desarrollan dentro del abdomen y descienden al escroto antes del nacimiento. Sin embargo, en alrededor de 3% de los niños, los testículos no descienden totalmente antes de que el niño nazca. A veces, uno o ambos testículos permanece en el abdomen. En otros casos, los testículos comienzan a descender, pero permanecen en la región de la ingle.
La mayoría de las veces, los testículos que no han descendido continúan bajando hasta el escroto durante el primer año de vida de un niño. Si el testículo no ha descendido cuando el niño ha cumplido un año de edad, probablemente no bajará por sí solo. A veces es necesario un procedimiento quirúrgico conocido como orquiopexia para mover el testículo hasta dentro del escroto.
El riesgo de cáncer testicular podría ser un poco más alto para el hombre cuyo testículo se quedó en el abdomen, que para uno que descendió al menos en parte. Si se origina cáncer, por lo general se descubre en el testículo que no descendió, pero alrededor de 1 de cada 4 casos ocurre en el testículo que descendió normalmente. Debido a esto, algunos médicos concluyen que la criptorquidia en realidad no causa el cáncer testicular, sino que existe algo más que conduce a cáncer testicular y a posiciones anormales de uno o ambos testículos.
La orquiopexia puede reducir el riesgo de cáncer testicular si se hace cuando el niño tiene poca edad, pero no está tan claro si este procedimiento es útil si el niño tiene más edad. No está claro cuál es el mejor momento para realizar esta cirugía. Los expertos en los Estados Unidos recomiendan que la orquiopexia se lleve a cabo poco después del primer año del niño por razones que no están relacionadas con el cáncer (por ejemplo, la fertilidad).
Tener un padre o hermano con cáncer testicular aumenta el riesgo de que usted también lo padezca. No obstante, un pequeño número de cánceres de testículo ocurre entre las familias. La mayoría de los hombres con cáncer testicular no tiene antecedentes familiares de esta enfermedad.
El síndrome de Kleinfelter es una enfermedad hereditaria que también está vinculada a un mayor riesgo de cáncer testicular.
Cierta evidencia ha demostrado que los hombres infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), en especial los que tienen el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), tienen un mayor riesgo de padecer cáncer testicular. No se ha demostrado que otras infecciones aumenten el riesgo de cáncer testicular.
Esta afección, que se describió en el contenido sobre qué es el cáncer testicular, a menudo no causa una masa en los testículos ni provoca otros síntomas. No está claro con cuánta frecuencia el carcinoma in situ (CIS) en los testículos progresa a cáncer. En algunos casos, el carcinoma in situ se detecta en hombres que se han sometido a una biopsia testicular para evaluar infertilidad, o en los que se les ha extirpado un testículo por criptorquidia. Hay más probabilidad de que los médicos en Europa busquen el carcinoma in situ que los doctores en este país. Esta pudiera ser la razón por la cual los números para este diagnóstico y su progresión de CIS a cáncer son más bajas en los EE.UU. que en partes de Europa.
Debido a que no sabemos cuán a menudo el CIS se convierte en un verdadero cáncer (invasivo), no está claro si es buena idea tratar el CIS. Algunos expertos creen que pudiera ser mejor esperar para ver si la enfermedad empeora o se convierte en un verdadero cáncer. Esto podría permitir que muchos hombres con CIS eviten los riesgos y efectos secundarios del tratamiento. Cuando se trata el CIS, se emplea radiación o cirugía (para extirpar el testículo).
Un historial personal de cáncer testicular es otro factor de riesgo. Alrededor del 3% o 4% de los hombres que se han curado de cáncer en un testículo padecerán en algún momento de cáncer en el otro testículo.
Alrededor de la mitad de los casos de cáncer testicular ocurren en hombres entre los 20 y 34 años de edad. Sin embargo, este cáncer puede afectar a varones de cualquier edad, incluyendo niños y ancianos.
Los hombres de raza blanca, así como los hombres nativos de América y de Alaska presentan varias veces más probabilidades de desarrollar cáncer testicular que los hombres de raza negra, los asiático-americanos y los de las islas del Pacífico. La razón de esto se desconoce.
En el mundo, el mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad lo tienen los hombres que viven en los Estados Unidos y Europa, mientras que el menor riesgo lo tienen los hombres que viven en África o Asia.
Varios estudios han encontrado que los hombres de alta estatura presentan un riesgo un poco mayor de cáncer de testículo, aunque algunos otros estudios no han demostrado esto. La mayoría de los estudios no han reportado una relación entre el cáncer testicular y el peso corporal.
Una lesión o trauma previos de los testículos y las acciones recurrentes, tales como cabalgar, no parecen estar relacionados con el desarrollo de cáncer testicular.
La mayoría de los estudios no ha encontrado que la actividad física extenuante aumente el riesgo de cáncer testicular. La actividad física está vinculada a un menor riesgo de varias otras formas de cáncer, así como un riesgo menor de muchos otros problemas de salud.
Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society
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Actualización más reciente: febrero 1, 2024
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