Saltar hacia el contenido principal
showDesktop,showTablet,showMobile

Cáncer de piel tipo melanoma

Quimioterapia para el cáncer de piel tipo melanoma

La quimioterapia (quimio) consiste en el uso de medicamentos para combatir las células cancerosas. Usualmente los medicamentos se administran por una vena o por la boca, como pastilla. Estos medicamentos viajan a través del torrente sanguíneo a todas las partes del cuerpo y atacan a las células cancerosas que ya se han propagado fuera de la piel.

¿Cuándo se puede usar la quimioterapia?

La quimioterapia se puede usar para tratar el melanoma avanzado después de intentar otros tratamientos, pero no se emplea con frecuencia como tratamiento inicial ya que formas más nuevas de inmunoterapia y de medicamentos de terapia dirigida son generalmente más eficaces. Por lo general, la quimioterapia no es tan eficaz para el melanoma como lo es para algunos otros tipos de cáncer, aunque puede reducir el tamaño de los tumores en algunas personas.

¿Qué medicamentos de quimioterapia se usan para tratar el melanoma?

Se pueden usar varios medicamentos de quimioterapia para tratar el melanoma:

  • Dacarbazina (llamada también DTIC)
  • Temozolomida
  • Nab-paclitaxel
  • Paclitaxel
  • Cisplatino
  • Carboplatino

Algunos de estos medicamentos se administran solos, mientras otros con más frecuencia se combinan con otros medicamentos. No está claro si usar combinaciones de medicamentos es más útil que un solo medicamento, aunque esto puede agregar efectos secundarios.

Los doctores administran la quimioterapia en ciclos, con cada período de tratamiento seguido de un período de descanso para permitir que su cuerpo se recupere. Por lo general, cada ciclo de quimioterapia dura varias semanas.

Perfusión de extremidad aislada e infusión de extremidad aislada: estas son formas de administrar quimioterapia que a veces se utilizan para tratar el melanoma que se limita a un brazo o una pierna, pero que no se puede extirpar con cirugía. La idea con este enfoque es mantener la quimioterapia en la extremidad y no permitir que llegue a otras partes del cuerpo, donde podría causar más efectos secundarios.

Esto se hace durante un procedimiento quirúrgico. El flujo de sangre del brazo o de la pierna es separado del resto del cuerpo, y una alta dosis de quimioterapia se circula a través de la extremidad por un corto periodo de tiempo. Esto permite a los médicos suministrar altas dosis a la zona del tumor sin exponer otras partes del cuerpo a estas dosis.

Para hacer esto, se coloca un tubo en la arteria que suministra sangre a la extremidad y un segundo tubo se coloca en la vena que drena la sangre de la extremidad.

  • Para la perfusión de extremidad aislada (ILP), la arteria y la vena se separan primero quirúrgicamente de la circulación al resto del cuerpo, y luego se conectan a tubos que van a una máquina especial en el quirófano.
  • Para la infusión de extremidad aislada (ILI), se insertan tubos largos (catéteres) a través de la piel y en la arteria y la vena.  Este método es menos complejo y toma menos tiempo, y es posible que no requiera anestesia general (en la que se induce a un sueño profundo).

En cualquiera de los métodos, se ajusta un torniquete alrededor de la extremidad para asegurar que la quimioterapia no entre al resto del cuerpo. La quimioterapia (generalmente con un medicamento llamado melfalán) se infunde en la sangre de la extremidad a través de la arteria. (Esto lo hace la máquina en la ILP, y mediante el uso de una jeringa en la ILI.) Durante la sesión de tratamiento, la sangre sale de la extremidad a través del tubo en la vena, se agrega la quimioterapia, y luego la sangre se devuelve a la extremidad a través del tubo en la arteria. (Durante la ILP, el medicamento también puede ser calentado por la máquina para ayudar a que la quimioterapia sea más eficaz). Al finalizar el tratamiento, el medicamento es eliminado de la extremidad, y los tubos son removidos (y para la ILP los vasos sanguíneos se suturan) de modo que la circulación de la vuelva a la normalidad.

Posibles efectos secundarios de la quimioterapia

Los medicamentos de quimioterapia pueden causar efectos secundarios que dependen del tipo y de la dosis de los medicamentos suministrados y del tiempo que se usen. Algunos efectos secundarios de la quimioterapia son:

  • Caída del cabello
  • Úlceras en la boca
  • Pérdida del apetito
  • Náuseas y vómitos
  • Diarrea o estreñimiento
  • Aumento en el riesgo de infecciones (debido a una disminución de glóbulos blancos)
  • Facilidad para que se formen moretones o surjan sangrados (debido a muy pocas plaquetas)
  • Cansancio (debido a una disminución de glóbulos rojos)

Por lo general, estos efectos secundarios desaparecen cuando cesa el tratamiento. Muchas veces hay métodos para aminorar los efectos secundarios. Por ejemplo, los medicamentos pueden ayudar a prevenir o reducir las náuseas y los vómitos. Asegúrese de preguntar al médico o enfermera sobre los medicamentos que ayudan a reducir los efectos secundarios.

Algunos medicamentos de quimioterapia pueden causar otros efectos secundarios. Por ejemplo, algunos medicamentos pueden ocasionar  daño a los nervios que pueden provocar síntomas (principalmente en los pies y las manos) como dolor, ardor, hormigueo, sensibilidad al frío o al calor, y debilidad. Esta afección se le llama neuropatía periférica. Por lo general, desaparece una vez finalice el tratamiento, pero en algunas personas puede durar mucho tiempo.

Asegúrese de hablar con su equipo de atención al cáncer sobre lo que usted podría esperar en términos de efectos secundarios. Mientras recibe la quimioterapia, usted debe informar al equipo de atención médica sobre cualquier efecto secundario que tenga para que pueda ser tratado con prontitud. Es posible que en algunos casos, la dosis de quimioterapia necesite ser reducida o que el tratamiento necesite ser retrasado o suspendido para prevenir que los efectos secundarios empeoren.

Equipo de redactores y equipo de editores médicos de la American Cancer Society

Nuestro equipo está compuesto de médicos y enfermeras con postgrados y amplios conocimientos sobre el cáncer, al igual que de periodistas, editores y traductores con amplia experiencia en contenidos médicos.

Mitchell TC, Karakousis G, Schuchter L. Chapter 66: Melanoma. In: Niederhuber JE, Armitage JO, Doroshow JH, Kastan MB, Tepper JE, eds. Abeloff’s Clinical Oncology. 6th ed. Philadelphia, Pa: Elsevier; 2020.

Ribas A, Read P, Slingluff CL. Chapter 92: Cutaneous Melanoma. In: DeVita VT, Lawrence TS, Rosenberg SA, eds. DeVita, Hellman, and Rosenberg’s Cancer: Principles and Practice of Oncology. 11th ed. Philadelphia, Pa: Lippincott Williams & Wilkins; 2019.

Actualización más reciente: agosto 14, 2019

Nuestra labor es posible gracias a generosos donantes como usted.

Done ahora para que podamos continuar brindando acceso a información crítica sobre el cáncer, recursos y apoyo y así mejorar las vidas de las personas con cáncer y sus familias.