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Cáncer de origen primario desconocido
Por lo general, los cánceres de origen primario desconocido se descubren cuando una persona presenta signos o síntomas.
Si usted presenta cualquier signo o síntoma que sugiere que pudiese tener cáncer, su médico tomará sus antecedentes médicos completos para analizar los factores de riesgo y los síntomas, incluyendo los antecedentes familiares. A esto le seguirá un examen físico en el que se prestará atención especial a cualquier parte del cuerpo donde haya síntomas.
Si sus síntomas y los resultados de su examen físico sugieren cáncer, el médico puede usar los siguientes tipos de pruebas para encontrar el cáncer, averiguar la clase, y determinar dónde está localizado (y dónde pudo haber comenzado):
Los estudios por imágenes utilizan ondas sonoras, rayos X, campos magnéticos o sustancias radiactivas para obtener imágenes del interior del cuerpo. Los estudios por imágenes se pueden realizar por varias razones, incluyendo:
La centellografía de receptores de somatostatina (SRS), un estudio por imágenes que también se conoce como OctreoScan, puede ser muy útil en el diagnóstico de tumores neuroendocrinos (NET), incluyendo carcinomas neuroendocrinos que puede causar sospecha si usted tiene cáncer de origen primario desconocido. La SRS utiliza una sustancia parecida a una hormona llamada octreótida que ha estado adherida a un material radiactivo llamado indio 111. Una pequeña cantidad de octreótida se inyecta en una vena y se adhiere a proteínas en las células del tumor de muchos tumores neuroendocrinos. Luego se usa una cámara especial para mostrar donde la radiactividad se acumuló en el cuerpo. También se pueden hacer estudios adicionales luego de varios días. Este estudio es útil no sólo para encontrar algunos tumores neuroendocrinos, sino también para determinar el tratamiento. Si un tumor se observa en una centellografía de receptores de somatostatina (SRS), probablemente responderá al tratamiento con ciertos medicamentos.
Para una endoscopia, el médico coloca en el cuerpo un tubo delgado, flexible y con una fuente de luz que tiene una diminuta cámara de video en su extremo.
A los endoscopios se les llama de acuerdo con la parte del cuerpo que examinan. Por ejemplo, a un endoscopio que se usa para observar las vías respiratorias principales en los pulmones se le llama broncoscopio y al procedimiento se le llama broncoscopia. El endoscopio que se usa para examinar el interior del colon se llama colonoscopio.
Los tipos comunes de endoscopia incluyen:
La endoscopia se usa comúnmente para observar el esófago y el estómago, así como el intestino grueso, los pulmones, la garganta y la laringe. Si se observa algo sospechoso durante el examen, se pueden obtener muestras de biopsia con instrumentos especiales utilizados a través del endoscopio. Luego se observan las muestras con un microscopio para ver si hay células cancerosas.
Ecografía endoscópica (ultrasonido): este estudio se realiza con una sonda de ultrasonido que se adjunta a un endoscopio. Se usa con más frecuencia para obtener imágenes del páncreas y para mostrar tumores del esófago. Se puede usar para observar más de cerca cualquier tumor presente en el esófago. Cuando no hay tumores en el esófago, el endoscopio se pasa por el esófago y el estómago hasta llegar a la primera parte del intestino delgado. La sonda entonces puede ser dirigida hacia el páncreas, el cual está próximo al intestino delgado. La sonda está ubicada en la punta del endoscopio, por lo que es una buena manera de observar el páncreas. Resulta mejor que la CT para localizar tumores pequeños en el páncreas. Si se observa un tumor, se le puede hacer una biopsia durante este procedimiento.
También se puede usar una forma de ecografía endoscópica para examinar con más detenimiento los tumores del recto. Para este procedimiento, el endoscopio se pasa a través del ano y hacia el recto.
Pancreatografía retrógrada endoscópica: para este procedimiento, el endoscopio se pasa por la garganta del paciente hacia el esófago y el estómago hasta llegar a la primera parte del intestino delgado. El médico puede observar a través del endoscopio para encontrar la ampolla de Vater (el área donde el conducto colédoco se conecta con el intestino delgado). Entonces, una pequeña cantidad de tinte (material de contraste) es inyectada a través del tubo hacia el conducto colédoco y se toman las radiografías. Este tinte ayuda a delinear el conducto biliar y el conducto pancreático. Las radiografías pueden mostrar un estrechamiento u obstrucción de estos conductos que podrían deberse al cáncer de páncreas. El médico que esté realizando esta técnica también puede colocar un pequeño cepillo a través del tubo para retirar células a fin de observarlas con el microscopio y ver si parecen ser cancerosas o no.
Más información sobre estos estudios en Endoscopia.
Si los signos y los síntomas indican que usted podría tener cáncer, se harán probablemente análisis de sangre para examinar la cantidad y el tipo de células sanguíneas y para medir los niveles de ciertas sustancias químicas de la sangre.
Un recuento sanguíneo completo o hemograma completo (CBC) puede indicar si usted presenta un recuento bajo de células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos o plaquetas). Cuando los números de los diferentes tipos de células sanguíneas son más bajos de lo normal, esto podría indicar que un cáncer de origen primario desconocido se ha propagado a los huesos y ha reemplazado muchas de las células normales de la médula ósea, donde se producen nuevas células sanguíneas.
Además, una anemia (recuento más bajo de glóbulos rojos) pudiera indicar que existe sangrado estomacal o intestinal causado por el cáncer. Esto podría apuntar a algún lugar en el estómago o el intestino como la localización de su origen.
Las pruebas sobre los niveles químicos en la sangre pueden mostrar cuán bien ciertos órganos están funcionando, y en algunos casos pueden dar una idea de dónde puede encontrarse cáncer en el cuerpo.
Por ejemplo, las pruebas de la función hepática en una persona con cáncer de origen primario desconocido pueden sugerir que el cáncer pudiera estar en el hígado. El cáncer puede haber comenzado en el hígado o puede haberse propagado a éste de otra parte del cuerpo. Otras pruebas sanguíneas pueden indicar cuán bien los riñones están funcionando y si el cáncer invadió o no a los huesos.
Algunos tipos de cáncer segregan ciertas sustancias en el torrente sanguíneo llamadas marcadores tumorales. Existen muchos marcadores tumorales diferentes, pero sólo unos pocos de ellos son beneficiosos en determinar el origen de un cáncer, tal como:
Otros marcadores tumorales que pueden ser útiles incluyen:
Existen muchos otros marcadores tumorales, pero son menos útiles en pacientes con cáncer de origen primario desconocido debido a que sus niveles aumentan con muchos cánceres diferentes. Por ejemplo, el antígeno carcinoembrionario (CEA), puede aumentar cuando hay un adenocarcinoma de cualquier fuente. Los cánceres de colon, pulmón, ovario, páncreas, estómago y muchos otros pueden ser adenocarcinomas y causar que el nivel de CEA aumente.
Los exámenes físicos, los estudios por imágenes y los análisis de sangre pueden algunas veces sugerir de forma contundente la presencia de un cáncer, pero en la mayoría de los casos se necesita hacer una biopsia (extirpación de una parte del tumor para observarla con un microscopio y hacer otras pruebas de laboratorio) para saber con seguridad que se trata de cáncer. Por lo general, también se necesita una biopsia para saber el tipo de cáncer (como adenocarcinoma o carcinoma de células escamosas), y puede dar pistas sobre el origen del cáncer. Se necesita una biopsia para diagnosticar un cáncer de origen primario desconocido.
Se pueden hacer diferentes tipos de biopsias dependiendo de la localización del tumor que se sospecha.
Si usted tiene una gran acumulación de líquido dentro de su tórax en el área que rodea sus pulmones (conocida como derrame pleural) o su abdomen (ascitis), se pueden extraer muestras de líquido con una aguja larga y hueca. A menudo se usa una ecografía para guiar la aguja. Luego se examina el líquido con un microscopio para ver si contiene células cancerosas y, si es así, determinar qué tipo de cáncer es. La toracocentesis consiste en la extracción de líquido de la cavidad torácica, mientras que la paracentesis se refiere a la extracción de líquido del abdomen. Estos procedimientos usualmente se hacen con anestesia local (medicamento para adormecer el área) mientras usted está despierto.
Estas pruebas se pueden hacer para determinar si el cáncer se ha propagado a la médula ósea, la parte interna de ciertos huesos donde se producen nuevas células sanguíneas.
Generalmente se realiza una aspiración y una biopsia de médula ósea al mismo tiempo. En la mayoría de los casos, las muestras se toman del hueso de la parte posterior de la pelvis (cadera). Para una aspiración de médula ósea, se inserta una aguja delgada y hueca en el hueso, y se usa una jeringa para aspirar una pequeña cantidad de médula ósea líquida. Generalmente se realiza una biopsia de médula ósea inmediatamente después de la aspiración. Se extrae un pequeño trozo de hueso y de médula (aproximadamente 1/16 de pulgada de diámetro y 1/2 pulgada de largo) con una aguja ligeramente más grande que se hace girar al empujarse en el hueso. Las muestras de la médula ósea se envían a un laboratorio de patología para observación y pruebas para determinar si hay células cancerosas.
Todas las muestras de biopsias se envían primero a un patólogo, un médico con entrenamiento especial en el diagnóstico de cáncer, para que las examine con un microscopio. A menudo, la manera en que las células del cáncer se ven proporcionará pistas sobre el lugar donde comenzó. Si el diagnóstico no es claro, entonces realizar pruebas adicionales pudiera ayudar.
Para esta prueba de laboratorio, una parte de la muestra de biopsia es tratada con proteínas artificiales (anticuerpos) diseñadas sólo para atacar una sustancia específica que se encuentra en ciertas células cancerosas. Si el cáncer del paciente contiene esa sustancia, el anticuerpo se adherirá a las células. Posteriormente se agregan químicos de manera que las células con anticuerpos adheridos a ellas cambien de color. Con este cambio de color, el médico puede identificar las células bajo observación microscópica. A menudo, los médicos necesitan usar muchos anticuerpos diferentes para tratar de determinar qué tipo de cáncer hay en las laminillas.
En la citometría de flujo, las células de una muestra de biopsia son tratadas con anticuerpos especiales, cada uno de los cuales se adhiere sólo a ciertos tipos de células. Las células son luego pasadas por delante de un rayo láser. Si los anticuerpos se han adherido a las células, el láser causa que las células emitan una luz de cierto color, la cual es medida y analizada por una computadora. Esta prueba puede ser probablemente más útil en ayudar a determinar si el cáncer en un ganglio linfático es un linfoma u otro tipo de cáncer. También puede ayudar a determinar el tipo exacto del linfoma, para que los médicos puedan seleccionar el mejor tratamiento.
A través de las pruebas citogenéticas se observan los cromosomas de una célula (secciones de ADN) con un microscopio para detectar cambios. Las células humanas normales contienen 46 cromosomas. Algunos tipos de cáncer tienen anomalías muy características en sus cromosomas. Encontrar estos cambios puede ayudar a identificar a algunos tipos de cáncer. Varios tipos de cambios en los cromosomas se pueden encontrar en las células cancerosas. Con este tipo de pruebas, el médico necesita saber qué anomalías necesita buscar. Las pruebas citogenéticas no se utilizan mucho en las personas con cáncer de origen primario desconocido ya que las pruebas de inmunohistoquímica son cada vez más avanzadas en la identificación de cambios celulares que pueden estar relacionados con ciertos tipos de cáncer.
Algunas veces, las pruebas que se hacen al ADN de células cancerosas siguiendo métodos como la reacción en cadena de polimerasa (polymerase chain reaction, PCR) pueden localizar algunos cambios genéticos y cromosómicos que no se pueden ver con un microscopio si se emplea una prueba citogenética. Las pruebas PCR también requieren que los médicos sepan lo que están buscando. También se puede usar para encontrar ciertos virus. Por ejemplo, se puede emplear para encontrar el virus de Epstein-Barr. Si se encuentra este virus en las células cancerosas de un ganglio linfático agrandado del cuello, esto puede significar que se trata de un cáncer nasofaríngeo.
Este tipo de pruebas en muchos casos no son necesarias, pero a veces son útiles en la clasificación de algunos cánceres cuando otras pruebas no han producido indicios sobre su origen.
Gracias a los avances de la tecnología, algunas pruebas de laboratorio más nuevas pueden analizar la actividad de muchos genes en las células cancerosas al mismo tiempo. Al comparar el patrón de la actividad genética en la muestra del cáncer de origen primario desconocido con los patrones de actividad vistos en tipos de cánceres conocidos, los médicos pueden algunas veces obtener una mejor idea del lugar donde se originó un cáncer. Estas pruebas pueden a veces ayudar al médico a descubrir el lugar donde el cáncer pudo haberse originado, pero hasta el momento, no han sido asociadas con mejores resultados en los pacientes.
Un microscopio electrónico utiliza rayos de electrones que pueden ayudar a encontrar pequeños detalles de la estructura celular del cáncer que pueden ofrecer indicios sobre el origen y el tipo de tumor.
Esta técnica no se utiliza a menudo para el cáncer de origen primario desconocido debido a las pruebas más sofisticadas ya discutidas, pero puede ayudar a encontrar el origen del cáncer o clasificar el cáncer de una manera que pueda ayudar a guiar el tratamiento.
Después de las pruebas de laboratorios iniciales, el patólogo clasifica a un cáncer de origen primario desconocido en uno de cinco tipos principales:
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Actualización más reciente: marzo 9, 2018
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