Muchas personas con leucemia linfocítica crónica no presentan síntomas cuando reciben el diagnóstico. Con frecuencia la leucemia se detecta cuando el médico ordena exámenes sanguíneos por algún problema de salud no relacionado o durante una revisión médica de rutina, y se descubre un alto número de linfocitos.
Aun cuando las personas con CLL presentan síntomas, estos con frecuencia son vagos y puede deberse a otras cosas. Algunos síntomas son:
- Debilidad
- Cansancio
- Pérdida de peso
- Escalofríos
- Fiebre
- Sudores nocturnos
- Ganglios linfáticos hinchados (a menudo se sienten como masas debajo de la piel)
- Dolor o una sensación de “llenura” en el estómago (esto puede ocasionar que alguien se siente lleno después de ingerir una comida pequeña), lo que es causado por un bazo, hígado, o ambos, agrandados
Muchos de los signos y síntomas de CLL avanzada ocurren debido a que las células leucémicas remplazan las células productoras de sangre normales de la médula ósea. Como resultado, las personas no tienen suficientes glóbulos rojos, glóbulos blancos que funcionen adecuadamente ni plaquetas sanguíneas.
- La anemia es una disminución de glóbulos rojos. Esto causa cansancio, debilidad y falta de aire.
- Una disminución de glóbulos blancos normales (leucopenia) aumenta el riesgo de padecer infecciones. Puede que escuche el término neutropenia, que se refiere a bajos niveles de neutrófilos (un tipo de granulocito necesario para combatir infecciones por bacteria). Las personas con CLL pueden tener un recuento muy alto de glóbulos blancos debido al número excesivo de linfocitos (linfocitosis), pero las células leucémicas no combaten las infecciones de la manera en que lo hacen los glóbulos blancos normales.
- Una disminución de plaquetas (trombocitopenia) puede producir exceso de hematomas, sangrado, sangrado nasal frecuente o grave y sangrado en las encías.
Las personas con CLL tienen un mayor riesgo de padecer infecciones. Esto es principalmente porque sus sistemas inmunitarios no están funcionando tan bien como deberían. La CLL es un cáncer de los linfocitos B, que normalmente producen anticuerpos para combatir las infecciones. Debido a la CLL, estas células productoras de anticuerpos no funcionan como debieran, así que no pueden combatir las infecciones. Las infecciones pueden variar desde cosas simples como resfriados o herpes labial frecuente o pulmonía y otras infecciones graves.
La CLL también puede afectar el sistema inmunitario de otras maneras. En algunas personas con CLL, las células del sistema inmunitario producen anticuerpos anormales que atacan las células sanguíneas normales. A esto se le llama autoinmunidad, lo que puede provocar bajos recuentos sanguíneos. Si los anticuerpos atacan a los glóbulos rojos, a esto se le llama anemia hemolítica autoinmunitaria). Con menos frecuencia, los anticuerpos atacan a las plaquetas y a las células que las producen, lo que causa bajos recuentos de plaquetas. En pocas ocasiones, los anticuerpos atacan a los glóbulos blancos causando leucopenia (recuentos bajos de glóbulos blancos).
Estos síntomas y signos mencionados pueden ser causados por CLL, aunque también pueden ser provocados por otras afecciones. No obstante, si tiene cualquiera de estos problemas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario.