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Tratamiento contra el cáncer de glándulas salivales

Si le diagnosticaron cáncer de glándulas salivales, su equipo de atención oncológica le informará sus opciones de tratamiento. Asimismo, es importante sopesar los beneficios de cada opción de tratamiento y los posibles riesgos y efectos secundarios.

Métodos de tratamiento más comunes

A veces, se utiliza más de un tipo de tratamiento. Las opciones de tratamiento que podrían ser mejores para usted dependen de muchos factores, incluidos el tipo, el grado y la etapa del cáncer; su salud general; las posibilidades de curar la enfermedad; el impacto del tratamiento en funciones como el habla, la masticación y la deglución; y sus preferencias personales.

¿Quién trata el cáncer de glándulas salivales?

Según su situación, puede que usted tenga diferentes tipos de médicos en su equipo de tratamiento:

  • Un otorrinolaringólogo (también conocido como médico de oídos, garganta y nariz o ENT, por sus siglas en inglés): un cirujano que trata ciertas enfermedades de la cabeza y el cuello.
  • Un oncólogo especialista en radiación: médico que trata el cáncer con radioterapia.
  • Un médico oncólogo: un médico que trata el cáncer con medicamentos, como quimioterapia, inmunoterapia o terapia dirigida con medicamentos.        
  • Un cirujano plástico: un médico que se especializa en la reconstrucción o reparación de partes del cuerpo 
  • Un cirujano oral y maxilofacial: un cirujano dental que trata enfermedades de la boca, los dientes y la mandíbula.
  • Un neurólogo: un médico que se especializa en enfermedades del cerebro y el sistema nervioso

Puede que haya muchos otros especialistas que formen parte de su atención, incluidos asistentes médicos, enfermeros practicantes, enfermeros, especialistas en nutrición, terapeutas del habla, fisioterapeutas, especialistas en deglución, trabajadores sociales y otros profesionales de salud.

Tomar decisiones sobre el tratamiento

También es importante hablar con su familia y su equipo de tratamiento sobre todas sus opciones de tratamiento, así como de los posibles efectos secundarios, para ayudarle a elegir lo que mejor se ajuste a sus necesidades. Si hay algo que no entiende, pida que se lo expliquen. 

Si el tiempo lo permite, a menudo es buena idea buscar una segunda opinión. Una segunda opinión le pueda ofrecer más información y ayudarle a sentirse más confiado sobre el plan de tratamiento que escoja.