Las afecciones no cancerosas de los senos (benignas) son tan comunes que la mayoría de las mujeres llegan a tener alguna. De hecho, la mayoría de los cambios en los senos son benignos. Contrario a los cánceres de seno, las afecciones benignas de los senos no atentan contra la vida. No obstante, algunas están asociadas con un riesgo ligeramente mayor de desarrollar un cáncer de seno en el futuro.
Algunos cambios benignos en los senos pueden causar signos o síntomas (como bultos en los senos, dolor o secreción del pezón), mientras que otros pueden detectarse durante una mamografía. En cualquier caso, a veces puede ser difícil distinguirlos del cáncer de mama, por lo que es posible que se necesiten otros exámenes o pruebas para saberlo con seguridad.