Cuando su hijo(a) se enferma o tiene una lesión, usted querrá que reciba atención médica de inmediato. A menudo, capturar alguna imagen mediante radiografías, tomografías o algún otro estudio de imágenes que usa radiación conforma la mejor manera de determinar la posible causa del problema.. Sin embargo, es importante usar estas pruebas solo cuando sea necesario.
Esto se debe a que este tipo de pruebas médicas exponen a los niños a radiación ionizante (información disponible en inglés), la cual puede ser un factor de riesgo para el cáncer. La exposición es particularmente preocupante en los niños. Para empezar, los niños son más sensibles a la radiación que los adultos debido a que sus cuerpos aún se encuentran en crecimiento. Los niños podrían recibir una dosis de radiación más alta de lo necesario si la configuración del equipo no está adaptada al tamaño pequeño de sus cuerpos. Y los pacientes más jóvenes tienen un periodo de vida más largo para que los efectos de la radiación alcancen a manifestarse.
¿Qué se puede hacer? La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), la cual regula los dispositivos de radiación médica, brinda a los padres algunos consejos:
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